23 jul 2013

El despertar de la humanidad

Si por un instante intentáramos sentir que efectivamente no estamos solos, que todos los seres humanos estamos conectados de manera muy sutil y que a través nuestro algo innombrable se abre paso, diversificándose en múltiples expresiones, trayendo desde antiguo una memoria humana conjunta y encaminándonos hacia un destino común, quizá alcanzaríamos a advertir el significativo cambio en el que hoy nos encontramos.
Si imagináramos los oscuros orígenes de nuestra especie, ese arrancar desde los balbuceos de una conciencia casi completamente límbica, instintiva, precaria, que hecha a andar buscando protegerse de las inclemencias del ambiente, de las fieras, del hambre y la peste; si pudiéramos registrar por un momento que pertenecemos a una de las tribus nómadas de los homínidas que nos antecedieron, tal vez comprenderíamos el proceso de nuestra especie como una odisea fenomenal impulsada por una intención evolutiva extraordinaria.
¿O no fueron milenios los que pasamos deambulando antes de romper con uno de los condicionamientos que mantienen sumergidos en la animalidad a todas las demás especies vivientes de nuestro planeta? Antes de acercarnos al fuego debimos superar nuestros propios instintos de conservación, sentir un coraje sin igual para tender la mano hacia el calor de una rama en llamas, hacia las brasas dejadas por algún incendio, para poder alcanzar el fuego sin quemarnos y aprender a conservarlo vivo. ¡Qué poderoso ha de haber sido ese impulso que nos permitió superar todo temor! Soplando para preservarlo pudimos trasladarlo, desplazarnos con él para alejar a las bestias amenazantes cuya inteligencia no concibe apoderarse de aquello que aparentemente lo destruye y carboniza todo, pero que sin embargo domesticado puede cambiar el modo de alimentarnos, de abrigarnos, de defendernos.
Durante otros muchos siglos estuvimos viviendo así, yendo de lugar en lugar, recolectando, cazando, pescando para alimentarnos mientras el fuego nos iba mostrando que podía cocer el barro en el que lo transportábamos y aprendimos a beber sin que se nos escurriera el agua entre los dedos, pudimos dar forma a la tierra arcillosa para generar nuestros primeros utensilios y seguir avanzando, paso a paso, hasta desplegar de tal modo nuestra inteligencia que de un par de pedernales hicimos nacer chispas, que en vuelo infinito pudieron encender yescas. De ese modo nos hicimos dioses, haciendo fuego. Nos transformamos en seres mitológicos, nos constituimos en humanos.
Con la producción del fuego todo cambió para ese ser frágil y fuerte que somos, para la especie que pobló el mundo. Produjimos hornos, fuelles, cerámicas, fundimos metales, soplamos vidrio. Domesticamos animales y plantas, desarrollamos la agricultura, los asentamientos y terminamos con nuestro nomadismo para organizar nuestra vida tribal en pequeños asentamientos donde pudimos dar sepultura a nuestros muertos. Porque desde el comienzo mismo nos ha parecido muy importante hacerlo. Acompañar el tránsito y permitir que en paz los espíritus emprendan su vuelo.
Siempre hemos estado buscando mejores condiciones de vida, aguijoneados por la necesidad de superar el dolor y saltar sobre nuestros sufrimientos. Rebelándonos contra lo que nos limita y nos frena, buscando un sentido que trascienda el umbral de la muerte.
Sería muy largo contar cómo lo hemos ido haciendo. Baste decir que no ha habido civilización que se desentienda de la necesidad de ir más allá de los condicionantes de su tiempo.
Hoy en día, cuando las distintas culturas han ido poblando toda la Tierra, ahora en que no hay una sola latitud en la que no hayamos logrado instalarnos pese a las condiciones que en cada región y de modo tan distinto nos impone la naturaleza, nuestra especie sigue su camino y va abriendo lugar a su futuro.
Promesas pendientes
¿Qué busca hoy el ser humano?
Todavía tiene pendiente, para millones de millones de personas, la promesa de poder vivir en las condiciones que consideramos mínimamente humanas: la posibilidad de nacer y crecer con alimentos y cuidados, de ser educados, de contar con techo y vestuario, de poder pensar con libertad y ser respetado, de procrear con amor y poder trabajar, de envejecer de manera saludable y morir con dignidad. Sí, ¡esos mínimos están pendientes para demasiados!
Pero no sólo eso buscamos actualmente. Aspiramos a que en nuestro planeta sea posible sostener por largo tiempo las condiciones de vida, para nosotros y para las demás especies que constituyen el ecosistema terrestre. Queremos vivir y en las mejores condiciones.
Por último, esta especie tan irreverente y particular, tan privilegiada, tiene además la osadía de pretender ir más allá de su existencia mortal, para aventurarse en el campo trascendente donde fueron por milenios sólo ubicados sus dioses. Ahora una nueva espiritualidad busca abrirse paso desde las profundidades más recónditas de su conciencia.
Tal vez por eso el sistema político, económico, social, educacional, medioambiental, de salud, de pensiones y las diferentes normas que rigen en general la convivencia humana, de pronto parecen estarnos estorbando. Casi como si fuera un traje que nos ha quedado chico porque hemos crecido mucho, se empiezan a rajar las costuras con que venimos sosteniendo lo que teníamos establecido. Y ya no da para más ni la injusticia social ni la democracia formal, los vicios de corrupción o la especulación financiera. No hay sociedad que aguante la manipulación ni el encubrimiento de la información. Es como si de pronto una correntada de nueva lucidez estuviera diciendo: ¡Basta!
Queremos construir el mundo verdaderamente humano que está en nuestros corazones como esperanza desde los tiempos más remotos, y hemos podido sortear ya muchísimos obstáculos. Salimos del obscurantismo y del medioevo, adquirimos enormes conocimientos, los multiplicamos con la industria y la tecnología, acelerando el ritmo de nuestro devenir para que esta evolución caminara cada vez más veloz. Pero no lo hicimos para privar de sus beneficios a nadie. Al contrario, el futuro comienza a hacerse ver en el trato amable de los jóvenes que están clamando por igualdad y sin violencia denuncian que el lucro de muy pocos marginaliza a muchos. Ese futuro que emerge como piel nueva y va levantándose desde las plazas de tantas ciudades, agitándose en acampadas y en marchas, corriendo veloz por redes virtuales en las que se va multiplicando sin liderazgos, sin portavoces, sin instrumentalización y descentralizadamente.
Como si nuestra especie hubiese tomado conciencia de sí misma, hoy todo gesto violento empieza a producir una suerte de repulsión y no aceptamos que se levante la mano contra nadie, porque sentimos que estamos todos muy profundamente entrelazados. Como si fuéramos casi un solo ser con diferentes individualidades efímeras, avanzamos en la construcción de nuestra historia expresándonos hoy de modo no-violento y cerrando filas ante cualquiera que resulte amenazado por la brutalidad.
Un abrir y cerrar de ojos
¿Cuánto tiempo hará falta para que el sistema cambie?
En el ciclo completo del proceso humano, ¡nada! Un abrir y cerrar de ojos, un guiño propio del despertar. Porque parece ser que nuestra conciencia avanza ya hacia la certeza de que otro mundo es posible y que es suficiente con abrir un poco el corazón para empezar a intuir hacia dónde vamos, para ir agradeciendo que nos haya tocado vivir en esta época precisa en la que todo lo asfixiante está siendo cuestionado y se alcanza a visualizar un nuevo horizonte espiritual.
Tiempos que demandan una especial sintonía que supera los individualismos y exige de todo el coraje para enfrentar aquello que nos dignifica como especie y nos impulsa a dar los pasos más significativos, dejando atrás todo temor y toda violencia, para llegar a ser plenamente humanos. 

“El Mensaje de Silo”, fragmento de “El Camino”, Silo. Ulrica Ediciones, Argentina, 2007. www.libreriahumanista.com  -  www.silo.net 

14 jul 2013

Armas Silenciosas para guerras tranquilas - Noam Chomsky

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1. La estrategia de la distracción 

 

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. 

“Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.




1 jul 2013

Crisis social, experiencias atipicas y aparicion de religiones

Apuntes de una charla con Silo en enero de 2000
tomado de: 

La conversación se inicia  con comentarios acerca del  ensayo titulado “ensueño y acción”, escrito por Silo; en este ensayo  se habla de las imágenes modélicas que orientaron la acción de Cristóbal Colón.  Silo comento que los ensueños orientan la vida de la gente en muchas direcciones;  en muchas ocasiones el ensueño apunta hacia un objetivo y traza direcciones de acción que terminan llevando a un punto distinto del que se estaba ensoñando,  una de las direcciones que traza el ensueño  llega a un objetivo adecuado aunque se estuviera buscando algo diferente.  Hay muchos casos de estos en la historia, y muchas realizaciones históricas han sido llevadas a objetivos adecuados desde ensueños que no tenían relación directa con el objetivo.


Posteriormente Silo hace referencia a Pascal y su ensayo sobre la vanidad, y explica que en este ensayo Pascal habla de personajes de su época y describe cómo cada uno de ellos tiene un motivo para envanecerse, explica también que el motivo de vanidad de los sirvientes de los vanidosos es precisamente trabajar bajo el servicio de un vanidoso. Los vanidosos se ubican en el centro del mundo y para ellos el resto de personas es como si no existieran.
A partir de este comentario se explica la tendencia de la humanidad de considerarse a si misma como algo único y central, se hace alusión al geocentrismo: primero se creyó que la tierra era el centro del universo; cuando se demuestra que no es así  se paso a la pretensión de que éramos la única forma de vida en el universo; ahora que las investigaciones hacen sospechar que puede haber otras formas de vida, la nueva pretensión es  que somos la única forma de vida inteligente. Es decir, siempre estamos en alguna forma de geocentrismo (la tierra como centro del universo, la vida sobre la tierra como única; la vida inteligente como única; en fin, algún centrismo).
De aquí en adelante la conversación se realiza en preguntas y respuestas. 

PREGUNTA: Uno no percibe que la tierra gire alrededor del sol; lo que uno percibe es que la tierra esta quieta y el sol se mueve de Oriente a Occidente. Se sabe que no es así, pero eso no es lo que se registra ¿Cómo lograr que el registro coincida con la realidad y no con lo que percibo de esa realidad?

Lo que se percibe se impone, no se trata de que las representaciones de cómo son las cosas se impongan a la percepción de las cosas, se trata de tener un campo de creencias acorde con la realidad que equilibre la percepción ilusoria que puede tenerse de esa realidad.


P: Uno se percibe como centro de algo, ese registro es un sistema de impulsos que permite tener diferentes formas de identidad, ¿Cuál es el problema de que uno se registre como una particularidad, como un individuo único, como el centro de algo?

No hay problemas con las diferencias, enhorabuena que todos seamos diferentes,  que cada uno sea una particularidad. El problema esta en verse a si mismo como superior y ver a otros como inferiores, actuando desde este registro se cometen muchos abusos. Si se ven así las cosas,  el registro de particularidad acompañado del registro de superioridad va a llevar a  anonadar las otras diferencias, a desaparecer lo que sea diferente para imponer su diferencia como única; entonces establecerán necesidades diferentes; esto traerá consecuencias vitales, sociales, culturales, históricas. Esto no sería problema si solo fuera un decir; pero es además un hacer;este hacer llevo a la esclavitud y a todas  las formas de opresión que se han ejercido sobre razas, pueblos, etnias, etc., que se han considerado inferiores. La superioridad e inferioridad es una construcción humana  que condiciona grupos humanos completos.

P: ¿Qué podría ayudar a modificar todo esto?
 La evidencia de que la vida inteligente en la tierra no es la única forma de vida inteligente en el universo va a contribuir a sacar a la humanidad de su vanidad, será  una experiencia integradora donde no será trasladable el esquema de  inferioridades y superioridades;  va a posibilitar la revisión de muchas de nuestras acciones y preguntarnos por el tipo de historia que hemos hecho y el tipo de vida que hemos construido; entonces diremos “que pelotudos hemos sido”. Esta  experiencia hará posible concebir otro esquema de vida.

P:  ¿La vida en el universo es un fenómeno uniforme?
 La vida es un fenómeno universal con distintas expresiones, la vida inteligente tiene múltiples modos de expresarse en todo el universo.

P: ¿Puede haber inteligencia sin soporte  físico?
 ¿Porque ha de creerse que si se desestructura el sillar físico de  la vida la inteligencia que la anima debe desaparecer también? Son posibles expresiones de inteligencia sin sillar físico, es posible el registro de inteligencia sin sillar físico, pueden haber inteligencias que no tengan el soporte orgánico. ¿Por qué creer que todas las formas de vida inteligente necesitan para su expresión de un apoyo químico del tipo del carbono o del silicio?.

P: ¿Esas inteligencias son diferentes entre si?
Hay muchos modos de inteligencia en el universo y todos esos modos tienen en común el establecer relaciones coherentes y actuar de manera creciente. No solo relaciones racionales al estilo Descartes. Hay leyes metauniversales para la inteligencia, lo fundamental de la conciencia humana es válido para toda forma de conciencia. El esquema de la intencionalidad que liga actos y objetos de conciencia es universal (Brentano).

Este modo de acción intencional por parte de otras inteligencias es visto en las representaciones que hacen las culturas de sus dioses tradicionales: en la descripción védica de Brahma se observa el esquema intencional operando (ligando actos y objetos) en el sueño de Brahma (era la nada, duerme, sueña y cada uno de sus sueños es la creación de un universo, y al despertarse el universo desaparece: reposo absoluto). Los sueños de Brahma son las imágenes trazadoras que crean mundos (estructura de acto objeto operando en el sueño), cuando despierta desaparece el universo.
En el medioevo era tanta la expectativa colectiva en un mundo nuevo, que estas expectativas crearon en la ensoñación individual la imagen trazadora que dirigió la acción hacia el descubrimiento de un mundo nuevo. (Colón).
El descubrimiento de otra vida inteligente va a ayudar a dar un salto importante.

P: Siguiendo con lo dicho de que las teorías, que describen los fenómenos tal cual son, crean un campo de creencias que equilibra la no-coincidencia de la percepción cotidiana de los fenómenos con la realidad de dichos fenómenos, la pregunta ahora es: ¿Respecto a la muerte, en donde lo que se percibe es la disolución y la desaparición existencial de quien fallece, habría una teoría que ampliara el campo de creencia y permitiera un emplazamiento mental más adecuado respecto al hecho de la muerte?

La ilusión de la percepción de la muerte no se resuelve con teorías, se resuelve con experiencias. La experiencia de la muerte nos pone en el campo religioso, en el campo de la experiencia trascendental. En el origen de las religiones se encuentra siempre la experiencia trascendental, esta experiencia produce en el momento de su irrupción histórica un impacto tan fuerte, que a pesar  que luego la experiencia se diluya y se pierda,  la inercia que deja es de tal magnitud que las generaciones que la suceden crean rituales, iglesias, organizaciones jerárquicas que se mantienen por cientos y miles de años posteriores al  impacto original. Este impacto original es tan fuerte que después de desaparecer aguanta todo eso que surge y que no tiene nada que ver con la experiencia original.
Primero la experiencia original se tiene, luego algunas generaciones alcanzan a rasguñar algo de ello y después se alejan y se va formando toda esa superestructura de ritos, iglesias, jerarquías, etc.
La experiencia trascendental pega en momento histórico y pasa, afecta profundamente a la gente que es contemporánea a esa irrupción trascendental. Esta irrupción debe ser compatible con el momento histórico;  hay momentos históricos que no permiten el surgimiento de estos fenómenos. Hasta que se abre el medio,  estas experiencias surgen.
Cuando estas irrupciones se acercan empieza a variar el medio histórico y se producen fenómenos extraordinarios en el siquismo colectivo,  enormemente perturbadores; desde esta perspectiva entendemos  las leyendas de ciclones,  aerolitos, cometas que preceden a estos fenómenos. Las alegorías de cada época presentan de un modo plástico los cambios dramáticos de la conciencia colectiva. Lo  trascendental necesita de condiciones sicosociales para que implete en la historia humana;   esta irrupción afectará el tiempo particular de cada persona.

Esta es una época de grandes perturbaciones, esta es una época prerreligiosa

P: ¿Cuáles son las condiciones históricas que deben darse para que la irrupción de lo trascendental se produzca?
Se pueden precisar condiciones como:
Que la cultura donde vaya a surgir el fenómeno,  esté pasando por un proceso de desestructuración acelerada.
*  Que esos fenómenos den origen a una nueva civilización.
No surge una nueva civilización sin esos fenómenos


P: ¿Podrías explicar a que te refieres cuando hablas de la irrupción del fenómeno trascendental en la historia?
Para referirnos al tema de lo que se conoce como experiencia trascendental,  vamos a recurrir a algunos ejemplos históricos de ciertos tipos de experiencia que sin ser trascendentales pueden parecerse por sus características  a las experiencias trascendentales que  impactan  a unos, afectan a los que le suceden y después crean inercia suficiente como para continuar con algo que se perpetúa a través del tiempo; veamos algunos casos:
En la historia hindú en algún momento aparece entre sus deidades el dios soma y rápidamente va ganando en importancia,  de manera que el resto de dioses va disminuyendo su influencia hasta quedar convertidos en dioses  menores y el  dios soma se convierte en la divinidad máxima del Panteón de dioses. Lo que explica el ascenso de este dios y su ubicación en el lugar central es que del dios soma la gente podía tener experiencia; no solo se hablaba del  dios sino que se podía entrar en contacto con él, al dios soma se le podía sentir.
Este contacto era posible gracias a que los sacerdotes,  quienes estaban en contacto con el dios soma,  podían habilitar a la gente el contacto con este dios. Los sacerdotes, le contaban a la gente lo que era estar con el dios  y además los habilitaban para que tomaran contacto  con el dios soma. Para esto,  los sacerdotes realizaban ciertos rituales donde la gente iba con cuencos en los que los sacerdotes  orinaban y los asistentes tomaban la orina del  “hombre santo” y al poco tiempo experimentaban la presencia del dios soma.  Todo lo anterior se explica porque el soma era una bebida con poder alucinógeno que ingerían los sacerdotes (gracias a ello tenían la experiencia),  y los principios sicoactivos de esta substancia pasaban a la orina sin ser metabolizados; debido a esto los asistentes a la ceremonia del soma,  al beber la orina del sacerdote,  también tenían la experiencia.
La casta sacerdotal  tenía,  gracias a la bebida del  soma,  acceso a una experiencia alucinógena. Esta bebida  por sus propiedades químicas conserva su poder sicoactivo  en la orina,  lo que permite  a quienes la tomen    tener acceso a una experiencia impactante.
La experiencia del dios soma la administraban los sacerdotes (lo que les facilito crear una casta sacerdotal poderosa); después con el transcurrir del tiempo esas experiencias no se tuvieron más y solo se hablaba de ellas, se cuenta lo que fue la experiencia de tomar contacto con el dios soma.

Primero es experiencia, luego cuando deja de ser experiencia su recuerdo es lo suficientemente intenso como para crear un hito generador de toda la superestructura que se va a formar y va a ir en el tiempo mucho más allá del momento de su manifestación original.
Casos similares de activación de fuertes experiencias,  producidas a partir del consumo de substancias,  se produjeron alrededor del culto a Dyonisos. Sin el apoyo de las experiencias  producidas,  por las sustancias en juego, estas formas  no hubieran ido mas allá de su momento.
En todos estos casos se producían fuertes experiencias sicológicas  que se acercaban  a lo que se podía presentar en una experiencia trascendental. Estas experiencias les permitía intuir lo que podría ser la acción de un dios; les permitía intuir acerca de la realidad (distinta a la cotidiana)  de la que se les estaba hablando. Al practicante le quedaba claro que esos mundos y dioses de que les hablaban eran posibles,  que no eran sólo  discurso. Antes de tener la experiencia la aceptación de todo eso no existía.

P: En los ejemplos específicos y particulares que has dado, las personas del común tenían acceso a esas experiencias impactantes gracias a la ingestión de alguna sustancia sicoactiva ¿Es posible tener acceso a este tipo de experiencias sicológicas impactantes, que disponen a aceptar al existencia de otras realidades, sin acudir a ningún tipo de sustancia sicoactiva?
Si es posible, recuerda históricamente cosas como:
yo te voy a enseñar a orar  y tu harás lo que yo te diga si quieres tener acceso a ese tipo de experiencia.”
Sería algo como decir: “yo,  por el poder de la palabra te voy a enseñar a liberar endorfinas y tu vas a hacer lo que yo te diga si quieres tener acceso a este tipo de experiencia. Podrás discutir o  no, pero si quieres tener la experiencia harás lo que te diga sin ninguna discusión.”
Con formas así,  sin el uso de sustancias químicas,  tendrás acceso a ciertos registros de tipo sicológico, que te pondrán en resonancia con otro tipo de experiencias distintas a las experiencias cotidianas.  Es este tipo de experiencias  en un momento histórico, lo que crea un gran impacto en la población.
Hay diferentes formas de poner al cretinaje en resonancia mínima.

P: Estas experiencias sin substancias y de alto impacto sicológico ¿Son experiencias trascendentales?
No, estas experiencias no son trascendentales,  pero si te permiten darte cuenta que hay otras realidades. Estas experiencias te impactan, te impactan existencialmente, te impactan en tu vida, te crean un despelote. Todas estas experiencias son corporales, te liberan endorfinas: la oración tiene que ver con el cuerpo, las experiencias sicológicas  impactantes tienen que ver con el cuerpo.


P: Todo esto que  está ocurriendo: enrarecimiento, superchería, magia, etc. y todo este estado prereligioso en  desarrollo  ¿esto solo basta para que haya un cambio?
No porque aquí no hay conciencia dirigida, la conciencia esta en pasivo, está sufriendo estas perturbaciones, no las está dirigiendo. Lo importante aquí es una dirección que le sirva a todos; aquí hay que dar un mensaje, aquí hay que hacer un aporte.
Paralelamente, a todo el enrarecimiento,  se está cayendo y destruyendo la vida de la gente: problemas económicos, sociales,.. Esta destrucción tiene muy diversas expresiones,  desde la guerra en Chechenia hasta el que se suicida lanzándose desde un quinto piso. No solo están ocurriendo  perturbaciones sicológicas, es algo mucho más grave. Acá hay que hacer un aporte.

P: Entonces,  ¿Las experiencias de las que hablabas son suficientes?
Estas experiencias solas no son suficientes. Estas experiencias tienen la gran virtud que hacen sensible a las personas hacia un relato trascendental. Tiene que haber un relato trascendental.  Solo el relato,  sin las experiencias que disponen a la gente a escuchar el relato y permitir que direccione sus vidas,  no será suficiente.   Estas experiencias permiten advertir que hay otras cosas,  por esto son experiencias muy importantes.Experiencias acompañadas de un relato, que tiene que ver con lo trascendental.

P: ¿Este relato queda como un mito fundacional?
No, este relato es la realidad, queda como una realidad. Siempre el que presenta él relato  aparece como dios, o el enviado de dios, o el hijo de dios; o el profeta de dios,  es decir, como alguien que sabe como es, como alguien del gremio. El relato cuenta una cosa que da dirección, que acerca a lo trascendental.
A medida que se acerca el tiempo histórico  (no el tiempo mítico) de la impletación con lo transcendental aparecen milagros, prodigios, rarezas; después de que ocurre y el fenómeno se aleja en el tiempo estas cosas ya no ocurren. Los milagros, prodigios y demás cosas que se describen que acompañaron a los tiempos históricos próximos a una irrupción de este tipo, son hechos reales, verdaderamente ocurrieron.   

Necesitamos:  un mundo desestructurado, que se produzcan estas experiencias y un relato. Se dirá lo que se tiene que decir, en un momento histórico preciso, no antes, ni después.