1 sept 2021

Sistemas de creencias e historias de tiempos de crisis: ¿un diálogo imposible?

Pressenza, 09.01.21- París, Francia - Ivan Maltcheff

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    (Crédito de la imagen: Gerd Altmann | Pixabay) 

La gestión de la crisis sanitaria a nivel global pone de relieve al acentuarlos un cierto número de relatos sobre el momento civilizatorio por el que atravesamos y que se puede calificar de pasaje, sea cual sea la continuación de la historia.

Presento en el texto a continuación cuatro relatos de la situación actual. Cada uno representa un sistema de creencias, es decir, una versión de la historia que da significado y perspectiva a lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Cada uno de estos relatos actúa cada vez más como si contuviera la verdad con la esperanza de triunfar.

Sea cual sea el desenlace de esta crisis, será necesario reconstruir el daño de la inmadurez colectiva en la que nos encontramos. En cualquier caso, tendremos que volver a aprender a formar una sociedad juntos porque no podemos construir una sociedad sobre la división y la humillación de los "vencidos", hacia donde vamos si no tenemos cuidado. Para lograrlo, nuestra democracia y nuestras formas de generar consenso y disensión deben cambiar radicalmente.

Una puerta abierta para aprender a desarrollar nuestras sociedades en paz.

1. Las cuatro historias

La primera historia , que resumo a grandes rasgos, se parece más o menos a la siguiente historia:

Un virus desconocido está golpeando duramente a la humanidad. Debemos garantizar lo antes posible una respuesta adecuada que salve vidas y garantice el retorno a la normalidad. La ciencia, en la que podemos confiar, nos ofrece soluciones rápidas a través de la vacunación que deben implementarse sin demora. Es un progreso inmenso poder en un tiempo tan rápido ofrecer soluciones médicas a una crisis de salud de tal magnitud. Las autoridades están haciendo todo lo posible para hacer frente a esta difícil situación y ningún país tiene una solución milagrosa. Debemos movilizarnos urgentemente, todos juntos, para erradicar el virus, prevenir la congestión de los hospitales y confiar en las autoridades para gestionar la crisis. Aquellos que no lo hacen muestran falta de buena ciudadanía y ponen en peligro la vida de los demás. Las medidas actuales del gobierno son justas y proporcionadas a la gravedad de la crisis. No crean un peligro para la democracia, ni crean una sociedad de vigilancia, porque son medidas temporales. Si algunas de ellas se quedaran para protegernos, eso no sería un problema, siempre que estuvieran supervisadas. Si hay una fractura en la sociedad es por los que rechazan las justas medidas del pasaporte sanitario.

Esta historia es la de los que no tienen nada que objetar al pasaporte sanitario y los que están a favor de la vacunación obligatoria.

En mi opinión, reúne a una minoría de fervientes seguidores y probablemente a una gran mayoría de personas que adoptan esta historia por defecto más que por convicción, esperando poder volver a la "normalidad" lo antes posible.

¿Qué pasa con las principales arquitecturas invisibles que lo sustentan?

- Confianza global en el sistema actual (ciencia, autoridad, democracia)

- Necesidad de protección y seguridad en un contexto que provoca ansiedad y múltiples incertidumbres.

- Esperanza en que después de la crisis regresemos con bastante rapidez, más o menos, al mundo anterior.

- Miedo a la pandemia y al virus

- Miedo al cuestionamiento y colapso del sistema, que podría conducir al caos

- Miedo a las narrativas alternativas, que podrían socavar la democracia y sentar las bases para el extremismo (conspiración, extrema derecha, pequeños grupos de disturbios, etc.)

Esta primera historia produce una situación dual: por un lado los buenos ciudadanos, por el otro los malos. Es una historia conservadora, en el sentido de no cuestionar y mantener las referencias del sistema en su lugar.

La segunda narrativa, muy resumida a continuación, es básicamente una variación crítica de la primera:

Un virus desconocido está golpeando duramente a la humanidad. Debemos cuestionar las causas profundas de esta pandemia y, en particular, la dramática desestabilización ecológica de los sistemas vivos que favorece la aparición de desequilibrios de todo tipo.

Debemos garantizar una respuesta adecuada que salve vidas. La ciencia, en la que podemos confiar, nos ofrece soluciones alternativas que hay que estudiar seriamente. La vacunación, aún no estabilizada y con autorización de comercialización condicional, es solo una de estas alternativas entre las muchas posibles respuestas médicas.

Las relaciones conflictivas, los conflictos de intereses con las empresas farmacéuticas, el contenido de los contratos, especialmente en los aspectos financieros y de responsabilidad, deben hacerse públicos. Las vacunas y el sistema de salud deben verse como bienes públicos y ofrecerse gratis, o casi, a todos.

La situación crítica de los hospitales públicos y las salas de emergencia es más el reflejo de una política obstinada de reducción del gasto público que el hecho de la crisis.

Las autoridades están manejando esta situación de manera confusa, inapropiada y peligrosa para las libertades públicas. Dividen el país instalando una vacunación obligatoria encubierta y una segregación de facto entre los ciudadanos. Establecieron una peligrosa deriva hacia una sociedad de control y rastreo.

Esta historia es la de quienes están en contra del pasaporte sanitario y a favor de la vacunación, pero con libertad de elección.

En mi opinión, reúne a personas que ya son críticas en muchos temas (ecología, economía, libertades públicas, etc.) ya favor de una alternativa política bastante progresista.

¿Qué pasa con las principales arquitecturas invisibles que lo sustentan?

- Confianza crítica en el sistema actual con propuestas de cambio (economía, ecología, democracia, ciencia)

- Una necesidad de protección y seguridad que se equilibre con la de la libertad.

- La esperanza de que tras la crisis podamos cambiar las opciones políticas actuales.

- El miedo a la pandemia y al virus.

- El miedo al dominio de los sistemas financiero y oligárquico.

- El miedo a narrativas alternativas que puedan socavar la democracia y sentar las bases del extremismo (conspiración, extrema derecha, pequeños grupos de disturbios, etc.)

Esta narrativa traslada la dualidad a otro nivel: están las personas de un lado y del otro quienes se aprovechan de sus posiciones dominantes o influencia para orientar la democracia en su propio interés. Es una variante de la narrativa de la lucha de clases o de intereses en conflicto.

La tercera historia establece un cambio de paradigma en la red de lectura de la situación.

Los puntos claves de esta narrativa, con diversas variantes, tienen su origen en el sentimiento de instrumentalización de la crisis por parte de los gobiernos que manipulan, utilizan y abusan del miedo y la desinformación, y se niegan a responder a un cierto número de preguntas críticas, incluyendo:

- El origen del virus: esta historia enfatiza la manifiesta falta de voluntad de las autoridades para completar la investigación sobre este tema. La hipótesis que se toma muy en serio es la de un virus escapado, incluso para algunos, creado artificialmente en el laboratorio.

- La realidad de la pandemia: las cifras de muertes por COVID, una vez corregidas por los aumentos naturales y el envejecimiento de la población, no muestran ningún exceso de mortalidad real. En el peor de los casos, muestran una mayor mortalidad con diversas comorbilidades para poblaciones muy ancianas. Las cifras anunciadas son, por tanto, el reflejo de un sesgo cognitivo que pretende dar importancia a determinados indicadores e hipótesis, fuera de cualquier contexto real.

- La gestión médica de la pandemia: la incomprensible e injustificada exclusión de los distintos tratamientos medicinales validados fuera de Francia (Ivermectina, Hidroxicloroquina, etc.) muestra un decidido deseo por todas las vacunas.

- Vacunación Covid 19: ineficaz (y cuanto más avanza, más se confirma), peligrosa, no aprobada, que presenta efectos secundarios nunca antes vistos en la historia reciente y que transforma a los humanos en cobayos, con inyecciones regulares que se instalan a largo plazo, tenida cuenta de las variantes favorecidas por la vacunación masiva.

- El contenido de las vacunas: desconocido, con fuertes sospechas sobre la terapia génica, que no ofrece garantía científicamente probada, y la presencia de sustancias sospechosas, como por ejemplo, óxido de grafeno que podría activarse gracias a campos electromagnéticos de tipo 5G.

- La gestión política de la pandemia instala un régimen autoritario, priva a las libertades públicas, y prepara el terreno para un proyecto transhumanista más global con miras a un control aún mayor de las poblaciones.

En mi opinión, esta historia reúne a quienes están en contra del pasaporte vacunal, por la libertad de elección de vacunas, pero también a quienes están en contra de la vacunación en general. También aglutina a varios opositores al sistema, ciudadanos o políticos.

¿Qué pasa con las principales arquitecturas invisibles que lo sustentan?

- Fuerte desconfianza en el sistema actual con el sentimiento de un deseo orquestado de tomar el control de los pueblos por parte de una oligarquía financiera e industrial.

- La desconfianza frente a una ciencia unilateral que funciona como una teología, sin debate y con múltiples conflictos de intereses.

- La necesidad de libertad

- La esperanza de que después de la crisis seamos capaces de cambiar radicalmente el sistema político a partir de una mayor soberanía de los pueblos.

- El miedo al dominio de los sistemas financiero y oligárquico.

- El miedo al proyecto transhumanista globalista

Esta tercera historia también presenta un enfoque dual, pero de diferente naturaleza: por un lado está el mal, los que quieren nuestra pérdida y nos controlan, y por el otro el bien que se opone al mal.

Dejamos el paradigma materialista de las dos narrativas anteriores, la de los conservadores y la de los progresistas, por una narrativa más apocalíptica en el sentido estricto de la palabra.

La cuarta historia es una variante de la tercera con enlaces a la segunda. Retoma las preguntas sin respuesta de la historia anterior, pero da otro sentido al de la lucha entre el bien y el mal y va más allá en la potencial transformación de nuestras sociedades tras esta crisis.

Este relato cuestiona las preguntas que quedan sin respuesta desde el tercer relato, sin necesariamente dar crédito a las tesis de la conspiración, sin encontrarse tampoco en las filiaciones políticas de ciertos partidarios del tercer relato, sino estimando que la ausencia de debate científico, político y democrático, y los abusos autoritarios que se están produciendo, son suficientes para arrojar serias dudas sobre las verdaderas intenciones de nuestros gobiernos.

Esta historia más bien insistirá en el momento particular en el que se encuentra la humanidad, con grandes posibilidades de transformación.

¿Qué pasa con las principales arquitecturas invisibles que lo sustentan?

- La humanidad, y más ampliamente todo lo Viviente, el universo, están en un gran pasaje, en camino hacia una nueva dimensión para expresarse. Estamos en los inicios de un cambio de época. El virus y su aparición, como otros temas importantes para la humanidad, son uno de los medios que nos ofrece lo Viviente para (re) despertarnos colectiva e individualmente.

- La necesidad de redescubrir lo que somos como humanidad, de reintegrar nuestras potencialidades y nuestra soberanía de ser, en particular nuestra esencia que existe en varios niveles de conciencia.

- La esperanza de que esta crisis que nos afecta a todos se tome como una oportunidad, que realmente nos permita entrar en otra relación con la Vida, y promueva la reconstrucción de los sistemas sociales basados ​​en una nueva conciencia.

- El miedo al proyecto transhumanista, que tendría la consecuencia de mantener a esta humanidad en una trayectoria que impide una evolución de la conciencia, pero con una mirada que hace de este obstáculo una oportunidad para que los seres humanos revelen un proyecto alternativo basado en el potencial de transformación de nuestra conciencia.

Este enfoque engloba el enfoque dual anterior, sin embargo, con la perspectiva no dual de una humanidad que viaja de la sombra a la luz para hacer un nuevo pasaje, como una especie cuya mutación está en proceso.

Reúne a personas que llevan mucho tiempo inmersas en caminos de transformación, cuyo número crece de año en año, fuera de cualquier doxa o doctrina, que se han dado cuenta de que no podremos resolver los inmensos problemas a los que nos enfrentamos con la conciencia que los creó. Estas personas, aunque abiertas a los desarrollos tecnológicos y científicos, en particular a los de enfoques cuánticos y posmaterialistas, creen que las transformaciones deben basarse ante todo en una redefinición de las prioridades de nuestra civilización colocando en el centro el ser, el amor, la belleza. y la cooperación con todos los reinos de lo Viviente.

Esta historia, menos entendida e identificada que las anteriores, de hecho refleja un movimiento de fondo relativamente nuevo en la relación que establece con lo invisible, lo espiritual y la ciencia, y que no se encuentra en ninguna de las categorías antiguas.

Estas 4 historias se pueden combinar para cada uno de nosotros en diferentes proporciones según el tema. También son un reflejo de nuestro diálogo interno. Todos ciertamente tenemos una parte de conservadurismo, progresismo, maniqueísmo y sabiduría no dual dentro de nosotros.

Además, muchas personas aún no se encuentran en ninguno de estos relatos o aún no se han formado una opinión.

2. Evolucionar hacia una democracia interna

Cada una de las cuatro historias tiene una perspectiva diferente para nuestra trayectoria colectiva. En muchos sentidos, varias de estas explicaciones parecen irreconciliables, ya que los supuestos y los datos básicos que las sustentan divergen.

Sin embargo, si consideramos estas cuatro historias con todas sus variantes como la paleta de reacciones humanas ante un gran cambio, tenemos las claves para liderar los grandes desarrollos de manera democrática.

La primera historia caricaturiza la necesidad de no cambiar, de estabilidad y de miedo ante la incertidumbre y lo desconocido. Proclama la necesidad de autoridad, estabilidad y tranquilidad. Representa esa parte de nosotros que necesita orden y estabilidad.

La segunda historia conlleva la posibilidad de una evolución del sistema mientras permanece en el paradigma de la primera. Constituye una evolución sistémica, ya que contempla la posibilidad de abordar los problemas ampliando la cuadrícula de lectura y las orientaciones que determinan las políticas. Representa esa parte de nosotros que quiere creer que otros mundos son posibles.

La tercera historia corresponde a la necesidad de restaurar la verdad y la justicia en un mundo que se percibe en descomposición, basado en la mentira, la injusticia y la manipulación; insiste también en la recuperación del poder de actuar por parte de quienes se sienten desposeídos y resalta las dimensiones moral, ética y soberana.

La última historia instala la dimensión de la transformación de la conciencia como clave del pasaje. De alguna manera, integra la dinámica anterior a otro nivel.

Por todos los cambios que la humanidad tiene que afrontar hoy podemos seguir un camino basado en las principales necesidades de cada una de las historias:

- Apoyar la necesidad de estabilidad y el miedo a la incertidumbre.

- Desarrollar un análisis crítico de la situación y soluciones sistémicas a los problemas.

- Reintroducir la posibilidad de que los actores actúen sobre el sistema, encuentren valores y den un significado más amplio al proyecto de transformación.

- Situar al ser humano con todas sus dimensiones en el centro de las transformaciones.

Por ahora, estamos bastante lejos de una visión integrada de las cuatro narrativas. Primero debemos intentar comprender, sentir y compartir lo que está sucediendo.

2.1. Escuche, sienta, comprenda, antes de esperar dialogar

Cualquiera hoy sensible al bien común debe preocuparse, más que por ver triunfar su bando, por cómo hacer dialogar estas diferentes representaciones para evitar el desgarre, ya muy avanzado, del tejido social.

Para eso, es más que urgente instalar un espacio que permita escuchar y respetar las representaciones, las necesidades, los miedos y las esperanzas de cada una de las partes, a fin de llegar a un inventario que refleje lo que piensan, sienten y creen las diferentes partes.

Esta primera etapa ya parece extremadamente difícil, ya que los espíritus (al aceptarla) se han montado uno contra el otro, sin posibilidad de retroceder.

Este ejercicio es también el del diálogo interior que escucha y siente lo que el punto de vista del otro crea en mí. Al escuchar profundamente el punto de vista del otro, puedo tratar de reconocer lo que me irrita y molesta, e iniciar un examen rico en descubrimientos sobre mis propias limitaciones, mis necesidades y mis áreas de debilidad.

Para entablar un diálogo, me parece útil comprender lo que está en juego para cada uno de nosotros cuando expresamos nuestras opiniones basadas en nuestras creencias. Una creencia se basa en sistemas de representación (que son verdaderos, justos y buenos para mí y para el mundo) resultantes de las transmisiones de la sociedad, de los linajes familiares, pero también de la experiencia personal que se va forjando a lo largo del tiempo de nuestra vida. Una creencia también se basa, en gran parte, en una parte inconsciente donde se albergan nuestros miedos, nuestras necesidades (reconocimiento, afecto, protección, autonomía, etc.), nuestras emociones, nuestras esperanzas o falta de esperanza, pero también las de nuestros antepasados ​​y sociedades en que vivimos.

Nuestros sistemas de creencias son, por tanto, estas arquitecturas invisibles que guían nuestras decisiones; son esenciales para que podamos vivir y encontrar un equilibrio en el mundo.

Subrayo aquí el aspecto invisible o inconsciente para indicar que, bajo un barniz racional, no siempre tenemos muy claro, para nosotros y menos para los demás, qué guía nuestras decisiones y nuestras elecciones.

Cuando entramos en un verdadero diálogo, son los mundos invisibles e inconscientes los que entran en relación. Tenemos todo el interés en iluminar estas áreas desconocidas en la medida de lo posible para evitar malentendidos, juicios y angustias.

Cuanto más diálogo, intercambio de representaciones, expresión de miedos e historias se dan, más disminuyen los riesgos de confrontación en favor de la búsqueda de un nuevo consenso colectivo.

Esta preparación para el debate democrático, porque se abre a nuestros espacios interiores, nos permite vislumbrar una forma completamente nueva de tomar decisiones juntos y de construir la democracia.

2.2. Renovar nuestra forma de construir consensos

La capacidad de una sociedad para renovarse sin violencia depende de qué tan bien se construya el consenso entre los miembros de la sociedad.

La mirada ampliamente compartida de las élites desconectadas y la imposibilidad de traer cambios en la loca carrera hacia la ruina del planeta, atestiguan el hecho de que la fábrica de consenso ha sido reemplazada por la fábrica de propaganda.

Los plazos electorales, por instrumentalizarse en el corto plazo, y las soluciones ya hechas, no permiten entrar en este tipo de diálogo ciudadano. Los partidos políticos y buena parte de los organismos intermediarios ya no tienen capacidad para organizarlo.

¿Cómo a corto plazo lograr reunir las historias en torno a la crisis sanitaria para construir un nuevo consenso?

Después de haber logrado escuchar, sentir y comprender las historias de los demás, será necesario elegir y profundizar los puntos más polémicos para avanzar en las representaciones de cada una de las partes.

Desde el inicio de esta crisis, ha habido una obstinada negativa a explorar democráticamente las diferentes perspectivas sobre los supuestos científicos que han sustentado las decisiones políticas. Desde el inicio de esta crisis ha habido un rechazo obstinado de cualquier punto de vista que contradiga la narrativa oficial.

Tendremos que volver necesariamente a estos debates que nunca tuvieron lugar. También será necesario comprender los mecanismos que llevaron a que estos debates no se llevaran a cabo. Esto podría hacerse a través de comités ciudadanos independientes, como la convención ciudadana por el clima, pero integrando las dimensiones de creencias, emociones y representaciones. Este enfoque iría en contra del adoctrinamiento partidista y sería la mejor manera de combatir conspiraciones y demandas de todo tipo.

Este tipo de enfoque, extendido al nivel nacional, permite entrar, a través de la práctica y la experiencia, en un enfoque completamente nuevo del debate democrático que será necesario en los muchos otros temas en los que debemos cambiar radicalmente para darnos nosotros mismos un futuro.

2.3. Imagina nuestro futuro juntos

Necesitamos diseñar nuestro futuro juntos y desafiar de manera pacífica y democrática varios de los cimientos de nuestra sociedad. La única buena noticia de las repetidas crisis que vivimos es que la mayoría de los ciudadanos parece converger ahora en torno al deseo de empezar a cambiar profundamente la forma de vida de la sociedad.

Cuanto más democráticamente esté activado el espacio para la creación de lo nuevo, más fluida será la transición a otro modelo.

Cuatro historias que son cuatro visiones del mundo, pero también cuatro espacios para explorar cuando quieres apoyar grandes cambios.

Nuestro gobierno parece haber elegido el camino estrecho del pensamiento único, la división y el paso forzado para imponer sus puntos de vista. Hay y hubo otras opciones. Esto es muy lamentable y cuestionar las motivaciones del gobierno será parte del trabajo de reconstrucción que seguirá a la gran crisis en la que estamos entrando. Por el momento, debemos temer que esta actitud no deje otra opción a una parte nada despreciable de la población que la revuelta violenta, que conocemos a qué conduce, o la desobediencia civil pacífica. También existe el riesgo de huir precipitadamente hacia la locura colectiva, de la que nadie sabe cuál será el resultado.

¿Es este el futuro oscuro que queremos? ¿Cómo pueden los demócratas, conscientes de las lecciones de la historia, permitir que surja una situación así? ¿Dónde están nuestros "sabios", ya que los que ostentan el título abandonaron el papel político y moral que les corresponde a la luz de la situación? Porque, como hemos entendido, lo que está ocurriendo actualmente en la crisis de salud, por su alcance global y por los desafíos que se ciernen sobre el funcionamiento de nuestras democracias, va mucho más allá del simple debate de ideas y compromete de manera sostenible el futuro de nuestras sociedades. Nuestros políticos, muchos intelectuales callados o atónitos por el cambio de marco conceptual, no parecen entenderlo. Una parte importante de los ciudadanos lo ha entendido.

A corto plazo, todos pueden contribuir a la comprensión, el debate y la escucha pacífica de las diferencias, y negarse a caer en juicios de intención y en amalgamas.

Es con un amplio remezón ciudadano humanista, tolerante, pacífico y decidido a evitar lo peor, pero sobre todo a prepararnos para lo mejor, que tendremos que contar para salir del callejón sin salida. Un hermoso proyecto para los años que se abren ante nosotros.

Si se tomó la molestia de leer este artículo hasta el final, gracias. Puede concluir que todo esto está muy bien, pero que la urgencia exige que un bando gane sobre el otro o sobre los demás. Entonces habrás tomado el lado de dividir y separar a la humanidad en varias categorías.

Quizás, en cambio, esté usted dividido entre varias historias y con el entendimiento de que cada historia es, de hecho, un reflejo de una parte de usted. Luego, puede ayudar a construir puentes y fomentar el debate, la reflexión, la evolución de los puntos de vista y el análisis de la información. Si solo una de estas historias prevaleciera, en detrimento de las demás y en el desprecio de otras, nos veríamos arrastrados al pensamiento único totalitario.

Necesitamos crear algo nuevo. La cuestión ya no es tener nuevas ideas, ya están ahí. Se trata de aprender a conectarnos con nosotros mismos y con los demás de una manera radicalmente diferente y con una conciencia expandida que abre una nueva trayectoria para la aventura humana.

Con mi agradecimiento a los miembros de mi familia, Isabelle, Sarah y François por su cuidadosa revisión y diseño.

Categorías: Contenido original , Europa , Humanismo y espiritualidad
Etiquetas: 
cambios , covid , crisis de salud , democracia interior , humanidad , Sistemas de creencias

Ivan Maltcheff
Autor del libro 'Los nuevos colectivos ciudadanos' (Ed. Yves Michel), involucrado durante 30 años en diferentes roles - DRH, asesoramiento, coach - en los negocios, en torno a la dinámica de grupos humanos que quieren construir un proyecto y movilizarse juntas sus energías. Ha trabajado en diversas plataformas o asociaciones ciudadanas: Diálogos en la Humanidad, el colectivo por una transición ciudadana, el manantial de la educación, Colibris, el archipiélago ciudadano Osons les jours rire, Coop-Cité, Forum 104, etc. En 2020, junto con Laurence Baranski, creó el programa Réussir le pasaje para apoyar a los actores de la sociedad en el camino hacia la transformación. ivan.maltcheff@gmail.com