Tomado de:
Explicaciones de La Mirada Interna, 1980.
SILO. SEMINARIOS ESPAÑA.
Noviembre 1980
Los temas
de la Fuerza, el Centro Luminoso, la Luz Interna, el Doble y la
Proyección de la energía, admiten dos interpretaciones diferentes.
Primera: Considerarlos como fenómenos de
experiencia personal y por tanto, mantenerlos en una relativa incomunicación
con aquellos que no los han registrado, limitándolos, en el mejor de los casos,
a descripciones más o menos subjetivas.
Segunda: Considerarlos dentro de una teoría
mayor que los explique claramente, sin apelar a la prueba de la experiencia
subjetiva.
Si se procede de acuerdo a la primera postura,
las experiencias pueden ser relacionadas con aquellas que a su vez describen
otras personas y con explicaciones que no pueden tener carácter de sistema racional. Por ejemplo, la Fuerza puede decirse
desde esta postura, la Fuerza, es la energía vital del cuerpo que actúa en
continua dinámica. Ella pone en marcha distintas funciones. De ella deriva la
acción, la emoción, la idea y la percepción de una realidad superior. Esta
energía es capaz de exteriorizarse del propio cuerpo, produciendo fenómenos de
acción sobre el mundo físico, así como los produce sobre el propio cuerpo al
animarlo. Al sobrevenir la muerte, la Fuerza se va evanesciendo o continúa
su desarrollo fuera del cuerpo en niveles cada vez superiores hasta configurar
una entidad también superior. Esta desaparición por desintegración, o esta
continuidad por concentración, depende de la suma de actos contradictorios o
unitivos que el ser humano realiza en su vida.
A la
Fuerza se la puede relacionar con lo que en las religiones se ha llamado
alma. A la fuerza capaz de concentrarse y trascender en una dirección
evolutiva, se la puede relacionar con lo que las religiones han llamado
espíritu.
El
doble no es sino la fuerza externalizada en vida o después de la muerte, en la
medida en que recibe y produce efectos en el mundo cotidiano, aunque con una
mecánica que le es particular y modificando generalmente las características
aceptadas del espacio y del tiempo.
La Luz
Interior es la experiencia que se produce cuando la fuerza se concentra en
alguna zona del cerebro energetizándolo y haciendo que trabaje en un nivel más
alto de su conciencia mecánica. También aparece como experiencia en el momento
de la muerte si su grado de concentración es adecuado.
El
Centro Luminoso se refiere a algún punto del sistema nervioso de difícil
precisión que es actuado por la Fuerza, pero también a un fenómeno externo,
del cual proviene toda la fuerza de los seres vivos y hacia el cual se orienta
el doble, si ha logrado unidad en el momento de la muerte.
Consecuencias
prácticas de esta postura: Lógicamente, podrá tenerlas para quien reconozca
experiencias en estos casos, o una fe firme y sin duda alguna.
Y ¿Qué
tipo de consecuencias? : Una será, que la vida tendrá un sentido más allá de
la muerte. Otra, que al tenerlo, las acciones que se realicen no serán
indiferentes ya que algunas se alejarán de la posibilidad de supervivencia y
otras, las garantizarán. En tal sentido, surgirá una moral, una actitud frente
a la vida y una posición frente al mundo, a esta postura podemos llamarla
mística y estará animada de un fuerte sentimiento religioso, encaminado a la trascendencia
aún cuando la idea o la creencia acerca de un dios, no aparezca definida en ese
contexto.
Segunda postura: como hemos dicho, no se basa en
experiencias internas intransferibles sino en un sistema teórico mayor que las
explica: es una abreacción
motriz que se produce catárticamente en determinadas condiciones experimentales
como en el caso del gran pasaje, también empíricamente, la han podido liberar
gentes sin conocimiento de su mecánica, atribuyendo sus manifestaciones a
entidades cuya existencia no puede probarse. Se admite el fenómeno pero no la
interpretación que esta postura califica de indemostrable en el caso de las
interpretaciones místicas. En cuanto al doble; no se trata de la
exteriorización del alma de los antiguos sino del espacio de representación que
se configura en la sumatoria de los impulsos cenestésicos y que duplica como
representación la percepción del propio cuerpo. En caso de probarse la
existencia de los fenómenos paranormales; no se tratará de proyecciones del
doble en sentido místico sino de fenómenos de percepción, de acción a
distancia, producidos por variaciones en el tiempo y en el espacio del espacio
de representación. La luz interior a su vez, acompaña a los objetos mentales
emplazados en los espacios altos de representación así como la oscuridad
corresponde a los bajos espacios de representación, esto debido a tres factores
cuando menos: 1.- La proximidad o alejamiento a la zona del espacio que se
corresponde duplicadamente con los centros de visión ocular 2.- A fenómenos de
memoria asociados con la luz en lo alto y a la oscuridad en lo bajo 3.- A la
sobrecarga de contenidos fijados que al liberarse por un proceso
transferencial, reorientan la energía síquica en la dirección de los altos
espacios próximos a los centros oculares, produciéndose un fenómeno mecánico de
luz y numerosas concomitancias de reacomodación síquica.
Consecuencias
prácticas de esta postura: La teoría de operativa que permite tratar con su
modo característico los temas que hemos tocado, es de todas maneras mucho más
amplia y brinda un panorama bastante completo en cuanto al conocimiento y la
práctica de los procesos mentales y su dirección. Tal teoría lleva
necesariamente a preguntas por el sentido de la vida desde el punto de vista de
su utilidad cotidiana. Esta posición, puede llegar a concebir una orientación
trascendente de la vida, no desde el punto de vista de la fe, sino de su
utilidad para el equilibrio y desarrollo de la vida síquica y de la vida en
general.
Las
dos posturas que hemos considerado, pueden derivar igualmente del estudio
de La Mirada Interna y completarse a la luz de otros trabajos como
los expuestos en operativa, en el libro de Autoliberación. Llegando a este
punto de equivocidad, es legítimo que alguien se pregunte. Pero finalmente
¿cuál es la postura del autor de tal libro? El autor entonces puede declarar
sin rodeos, él personalmente adhiere a
la postura mítica, pero como tal postura es intransferible, adecua sus
explicaciones al lenguaje de la teoría sicológica, dejando abiertas desde allí
las puertas a la trascendencia.
De
manera que si algunos tienen fe o experiencia y otros razonan cabalmente, de
todas maneras llegarán a la conclusión de que la trascendencia es útil porque
da sentido a la vida, al abrir un futuro que la muerte definitiva cerraría en
el absurdo.
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