RESUMEN:
He tenido, afortunadamente, una gran cantidad de experiencias trascendentales que con el tiempo, al
mantener el trabajo con la fuerza, la reconciliación y la ascesis, intentando acceder a lo profundo, se
han vuelto más frecuentes. Me he preguntado cómo saber si efectivamente se trataba de accesos a lo
sagrado ó lo profundo y para ello decidí estudiar que dijo Silo al respecto y las definiciones de un sabio
amigo. Tuve que aceptar que si bien está claro el contacto con lo sagrado, no puedo saber
racionalmente si accedo o no a lo profundo ya que la falta de indicadores no me lo permite, pero puedo
reconocer haber estado a las puertas del mismo y que sin duda alguna, ello me ayuda a vivir.
Otro tanto me ha sucedido con las situaciones y experiencias posteriores, donde se expresa una
carga, una fuerza que identifico como diferente de mis capacidades “normales”, con un “voltaje”
llamativo, que no registro como “mío”. Esas experiencias abarcan una gran gama de intenciones,
emociones y situaciones, en un abanico que va desde la intolerancia y el fanatismo hasta la bondad
sin límites, pasando por una enorme gama intermedia. Decido estudiar lo dicho por Silo al respecto y
lo encuentro esclarecedor. Me doy cuenta que no todas las experiencias son traducciones, aunque
algunas efectivamente lo sean, y que depende de mí la orientación que tomen. Descubro la
importancia de la dirección de vida que escojo, no solamente en los momentos críticos sino en la
cotidianeidad de mi vida.
...
..."El yo se apaga suavemente. Van despareciendo los comentarios sobre la experiencia (mi “periodista”
interno) como también la visión y la comprensión limitada.
Me encuentro frente a “otro espacio mental” y la conciencia se abre, como recibiendo o presenciado
eso.
Lo que mira es libre, es lúcido.
Puedo volver al yo, como si bajara, pero aquello permanece. Esa conciencia está relacionada
conmigo, parte de mí, pero no soy yo. Tiene una dimensión afectiva de liviandad, de libertad, pero es
una conciencia lúcida.”
En ocasiones anteriores había experimentado la presencia de un ámbito de lucidez y como se apaga
suavemente el yo. La diferencia con esta experiencia es que ahora surge esta otra “mirada” lúcida que
permanece aún cuando “bajo” al “yo”"..
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