29 may 2013

La vision Siloista de las ciencias




¿Qué cosa hay más importante que superar el dolor y el sufrimiento en los demás y en uno mismo? Hacer progresar la ciencia y el conocimiento es un valor si va en la dirección de la vida.

La ciencia está llamada a servir al ser humano, a su desarrollo, a la armonía entre él y la naturaleza. Por desgracia, hasta ahora muchos conocimientos científicos se utilizan más para la destrucción que para la creación. Las altas tecnologías se concentran en el complejo militar-industrial; las ciencias sociales, son aprovechadas para manipular la conciencia social y la conducta de las masas.

Toda la cultura, educación, socialización de la personalidad y progreso social, dependen del nivel del desarrollo de la ciencia y a la larga de su orientación humanista o antihumanista.


I – Sustrato científico

Obviamente, la ciencia es histórica y progresa en consonancia con el proceso social. Es sabido que la ciencia de una época es rectificada o contradicha por los nuevos conocimientos. Por esto no se puede hablar con rigor de una ciencia definitiva como si estuviera asentada para siempre en sus grandes principios y en sus conclusiones. En este sentido, es más prudente hablar del “estado actual de las ciencias”.1

El humanismo Universalista no establece jerarquías dentro de las ciencias Matemáticas, la Física, la Biología, las Ciencias de Control, las Ciencias del Hombre, las Ciencias del Espacio, las Ciencias del Tiempo.

El humanismo de hoy, por tanto, de ninguna manera opone el arte a la ciencia y no comete el error de identificar arte con humanismo y ciencia con tecnología.

Artes y tecnología están estructuralmente ligados a las ciencias, cumpliendo funciones distintas:
        Las ciencias cumplen con la función de acumular, clarificar y desarrollar el saber, buscando la demostración de la “verdad”
        Las artes, con la función de interpretar y transmitir socialmente intuiciones emotivas de la “realidad”.
        Finalmente, los oficios, cumplen con la función de ordenar, depurar y perfeccionar técnicas, en ocasiones relacionadas con las ciencias y a veces con las artes.

Nos interesa hoy destacar lo que llamamos "sustrato científico". No se lo ha tenido en cuenta por ser la base sobre la que se montan las ciencias de una época. El sustrato es el aparato de presupuestos epocales o culturales. El sustrato jamás es advertido y sin embargo, es el trasfondo sobre el que se monta toda "imagen científica del mundo".

En este tema, sorprende cómo muchos “científicos” han podido apropiarse de explicaciones de cosas, sin necesidad de aclarar cómo es que se configura la representación del mundo en general y la imagen del mundo científico en particular. Lo cual sin embargo es un condicionante del desarrollo de las ideas.
Todo estudio se realiza desde un “paisaje” y eso es aplicable a toda visión del mundo, por cuanto permite destacar la mirada de quien observa al mundo. Se trata, pues, de un concepto necesario para la Ciencia en general.


Si bien la mirada del observador, en este caso la mirada del científico, se modifica al ponerse frente a un nuevo objeto, el paisaje con que aquél cuenta contribuye a direccionar su mirada. No aporta gran cosa al conocimiento, seguir sosteniendo que el observador para hacer ciencia debe ser pasivo. De hecho, con la aparición de la mecánica quántica, se asiste a una transformación radical del significado de las leyes físicas que dejan de ser deterministas para pasar a ser probabilistas. Como bien desarrollan el tema, el profesor Pietro Chistolini & el profesor Salvatore Puledda en sus estudios sobre el principio antrópico, el observador, o sea la conciencia humana, adquiere una función activa con respecto al fenómeno que observa, es más, una función que será decisiva para la existencia misma del fenómeno. 2


El matemático De Finetti, por ejemplo, afirma: "No tiene sentido hablar de la probabilidad de un evento sino solo en relación al conjunto de conocimientos de los que dispone una persona”. 3

Tan necesario es el concepto de “paisaje” que aparece como obvio en las declaraciones de los físicos contemporáneos. Así, Schrödinger , nos dice: “¿Qué es la materia? ¿Cómo es nuestro esquema mental de la materia? La primera pregunta es ridícula. ¿Cómo vamos a decir qué es la materia si se trata de fenómenos observables una sola vez ? La segunda trasluce ya un cambio radical de actitud: la materia es una imagen de nuestra mente4." (fin de cita)


Wheeler afirma que la enseñanza más significativa de la mecánica quántica es que la realidad se define en base a las preguntas que nos hacemos.


El sustrato científico esta constituido entonces por “creencias”. Desde luego, cuando hablamos de “creencias” nos estamos refiriendo a esas suertes de formulaciones antepredicativas de Husserl que son usadas tanto en la vida cotidiana como en Ciencia. Por tanto, es indiferente que una creencia tenga raíz mítica o científica ya que en todos los casos se trata de antepredicativos implantados antes de cualquier juicio racional.5

Por otra parte, importa mucho la noción de proceso y estructura, que nos aleja de simples estudios o análisis formales y permite interpretar los hechos actuando en dinámica global y estructural.

Estos asuntos, pese a su importancia, no serán desarrollados aquí. Lo que quisimos destacar aquí, es que la centralidad del observador, es decir, de la conciencia humana y del acto intencional de la observación, parece ser una constante que esta surgiendo en varios campos de las ciencias físicas, y no hay porque no ampliarse hacia todas otras ciencias.


II Desfasajes en la superación del dolor y del sufrimiento

Estoy sumergido entonces –provisoriamente- en este mundo de lo perceptual, de lo inmediato, en un mundo donde se supone que la ciencia y la organización social tomen una dirección que termine en el mejoramiento de la vida humana.

Pero ¿cómo es que el dolor va superándose con el avance de la sociedad y la ciencia y el sufrimiento no se supera paralelamente?

No todos los que estudian (cualquier sea el objeto de sus estudios), estudian su propia existencia. No hay una ciencia que estudie la propia existencia.

Nosotros nos interesamos, justamente, por la situación de la existencia humana, y por ello no es competencia nuestra las discusiones que pueda tener la ciencia. Sin embargo observamos que la ciencia tiene serias dificultades para definir lo que pasa en la existencia.
Hay alguna gente que sostiene que el ser humano no ha avanzado para nada. Es obvio que el ser humano ha avanzado en su conquista científica, en su conquista de la naturaleza, en su desarrollo. Pero probablemente que en materia de sufrimiento, una persona de hace cinco mil años y una persona actual, registran y sufren las mismas decepciones, temores, y resentimientos como si para ellos no hubiera existido historia. Tal vez porque el Ser humano haya avanzado lo suficiente, hoy se esté haciendo este tipo de preguntas.

La medicina corrobora y el progreso social demuestra que el dolor físico puede ser superado. Pero no hay ciencia, ni organización social que puedan hacer superar el sufrimiento mental.¿Dónde entonces hallaremos en la época actual la solución para hacer retroceder el sufrimiento que da la frustración, el resentimiento, el temor a la muerte, y el temor en general?


Silo afirma: “Es un esfuerzo que tiene que hacer el ser humano para entrar en otras regiones de la mente6…”. Regiones donde se aclara el sentido de la vida, que da una dirección a futuro, que da coherencia a la vida, que permite encuadre a sus actividades y que la justifica plenamente. A la luz del sentido, el sufrimiento y aún el dolor en su componente mental, retroceden.

¿Será entonces que la razón y la fe se oponen?

Silo en “humanizar la tierra” dice:

Si la razón debe estar en función de la vida, que sirva para hacernos saltar sobre la muerte. Que la razón, entonces, elabore un sentido exento de toda frustración, de todo accidente, de todo agotamiento.

Por ello quiero a los santos que no temen sino que verdaderamente aman. Quiero a los que con su ciencia y su razón vencen a diario el dolor y el sufrimiento. Y, en verdad, no veo diferencia entre el santo y el que alienta la vida con su ciencia. 7

Y en el capitulo siguiente

Si se afirma que la fe y la ciencia se oponen, replicaré que he de aceptar la ciencia en tanto no se oponga a la vida.

Nada impide que la fe y la ciencia, si tienen la misma dirección, produzcan el avance auxiliando el entusiasmo al sostenido esfuerzo.
Y quien quiera humanizar, que ayude a levantar los ánimos señalando la posibilidad futura. ¿Sirve acaso a la vida la derrota anticipada del escéptico? ¿Podría la ciencia haberse sostenido sin la fe?

He aquí un tipo de fe que va contra la vida, esta fe que afirma: “¡la ciencia destruirá a nuestro mundo!”. Cuánto mejor será poner fe en humanizar la ciencia cada día y actuar para que triunfe la dirección con la que fue dotada ya desde su nacimiento.8


III Ética necesaria

La ciencia desde siempre surgió como respuesta a la Necesidad humana, a su aspiración profunda a superar el dolor y el sufrimiento, incluso el producido por el fenómeno de la muerte. También reyes como Federico II (XIIe S. Palermo) y Rodolfo II (XVIe s. Praha) y otros reunieron en sus cortes a los más grandes eruditos de sus épocas, no solamente por su gran interés por el conocimiento, sino para responder a sus preguntas sobre la eternidad o la inmortalidad del alma. Destacamos además que dichas ciencias « ocultas », opuestas al racionalismo y por ello acusadas de una visión ingenua del mundo, contribuyeron significativamente a una profunda comprensión del mundo.9

En los momentos y lugares donde, por amor al conocimiento, tolerancia y amplitud de miras, se hace posible el intercambio entre culturas y gentes, el saber tiene un enorme impulso, que se expande en la distancia y en el tiempo, surgiendo con ello la posibilidad de evolución del Ser Humano.10

Seria esto una ética de la ciencia? Obrar exclusivamente para la evolución del Ser Humano mas allá de su propia época?

Por otra parte, algunos pueblos siempre tuvieron consciencia de otras realidades y una “ciencia” particular les permitía reconocer y descifrar los signos de lo sagrado.

El Dr. Hoffman hace constar, cuando estableció el paralelo entre la estructura molecular del LSD y unos hongos usados por los chamanes, que el mundo del siglo XX no está listo mentalmente, económicamente, socialmente, a la aplicación de sus descubrimientos en búsquedas sostenidas sobre la conciencia humana, investigando estas “otras realidades”.


Los estudios realizados por Mircea Eliade11 demuestran como la desacralización del mundo de hoy ha llevado la mente humana a no estar preparada para la experiencia de otras realidades. Es más, ¿qué se podría investigar en esa dirección sin un propósito claro? Parece también que no se puede ir hacia esas zonas de la mente desde un sustrato prehistórico del tipo dominante-dominado.

Lo que nos hace volver a la necesidad de una ética de alto valor humanista que quizás comportaría el derrumbe de todo el sistema político y económico actual.


Conclusión

Los antepasados humanos, gracias a la primera “ciencia” del fuego cambiaron totalmente sus condiciones de vida; dando lugar, con la energía libre ganada, a las primeras agrupaciones humanas y con ello al despliegue de nuevos sentimientos y registros, ampliándose notablemente su centro emotivo. Mas adelante, con los primeros centros urbanos, se desarrollaron la transformación de la materia, la escritura, etc. y continuó la proyección exterior de las búsquedas internas, ampliándose el centro intelectual… Hoy nos toca manejar otro fuego para ganar nuevamente energía libre e investigar de manera resuelta en el paisaje interno.

Contribuyendo intencionalmente a la creación de la Nación Humana Universal, la ciencia podría probablemente contribuir a la creación del Ser Humano Nuevo, un ser que no se mueve en compensación de su temor a la muerte sino en creación del espíritu en si mismo.

Desde luego, si se admite la posibilidad de una sociedad que no tenga temor a la muerte, dotándola de sentido y acercándola como una apertura luminosa, la concepción integral de nuestro universo y del ser humano en él incluido deberia ser revisada, lo cual provocaría un profundo cambio en las ciencias, las artes y, en definitiva, en toda actividad humana.

Por eso concluiremos con Silo:

“Así, hoy vuela hacia las estrellas el héroe de esta edad. Vuela a través de regiones antes ignoradas. Vuela hacia afuera de su mundo y, sin saberlo, va impulsado hasta el interno y luminoso centro.”12

1. Diccionario del Nuevo Humanismo.

2. SALVATORE PULEDDA & PIETRO CHISTOLINI, Un compromiso ético para los científicos, en Un humanista contemporáneo, Virtual Ediciones, Santiago de Chile, 2002.

3. Ibid, El principio Antropico y el surgimiento de la centralidad del observador en algunos de los recientes desarrollos de las ciencias físicas.
4. E. SHRÖDINGER, Ciencia y Humanismo, pp. 21 et 22, Tusquets, Barcelone 1985, Buenos Aires 2002.

5. SILO, Contribuciones al pensamiento, Discusiones historiologicas, Obras completa, Volumen I, Plaza y Valdes, Mexico, 2002.

6. SILO, La Experiencia, Punta de Vacas, mayo 2008.
7. Ibid, Humanizar la Tierra, Los sentidos provisorios, cap XIII del Paisaje Interno. 
8. Ibid, La Fe, cap XIV del Paisaje Interno.

9. La aparición del conocimiento en la corte de Rodolfo II, & Federico II, un puente entre Oriente y Occidente, Serie documental Faros de la Humanidad, Fundación Pangea, 2005 & 2007
10    Ibid, Toledo-Alexandria, 2004.

11 MIRCEA ELIADE, Lo sagrado y lo profano, versión en francés, Editions Gallimard, Paris, 1965. 12 El Mensaje de Silo, Cap XXX, La Realidad Interior, Editorial EDAF, Madrid, 2008.

El Propósito del Homo sapiens en el Paleolítico superior: del afán por sobrevivir al afán por trascender

Ariane Weinberger
arianeweinberger@gmail.com
Septiembre 2011
Parques de Estudio y Reflexión La Belle Idée
Traducción del francés por José Salcedo y Alicia Blanco
Enero 2012


Futuro echó una mirada “hacia atrás”, iluminando la primera etapa del Proceso humano.
Le había pedido a su arqueólogo virtual que hurgara en la región mental de esa época y que recuperara algunos vestigios –las “imágenes densas”– que le permitieran reavivar sus registros.
Ahora recordaba mejor: era la época del Sapiens, del hombre que se había llamado a sí mismo “el que sabe”. Futuro sonrió: ¡qué gracioso! ¡Qué atrevido! Afirmar no lo que es, sino la aspiración de lo que aún no es. Claro, Sapiens siempre quiso "conocer", incluso si al comienzo perdía a menudo su Propósito y se confundía una y otra vez “creyendo saber”. Pero en realidad no era tan sorprendente que aspirase al Conocimiento ya que
él había nacido de una experiencia, la del “re-conocimiento” del fuego. Y además, desde su origen fue “equipado” con todo lo necesario para alcanzar ese Conocimiento al que aspiraba. Sí, tenía todo, incluso la
Dirección. Sólo debía aprender cómo utilizar todo su potencial y, obviamente, ese aprendizaje tenía altibajos.

Sí, Sapiens siempre supo, en el fondo de sí mismo, que el motor que lo había “puesto” en la Historia era la rebelión contra la muerte, la “finitud”, y que su misión consistía en transcenderla para acceder al Buen
Conocimiento y al Sentido. E hizo unos hermosos avances en ese camino, especialmente cuando logró producir el fuego; un momento inolvidable y determinante para su evolución posterior. De hecho, es a partir de ese momento que comenzó a lanzarse de manera intencional en la búsqueda de la Trascendencia, la intuición sugiriéndole que había una relación entre ese fuego externo que se había vuelto “inmortal” y esa “presencia”, ese otro “fuego”, que sentía a veces en su interior.

Futuro examinó más de cerca las primeras huellas materiales dejadas por Sapiens, sobretodo los primeros testimonios artísticos de sus intentos de trascendencia biológica, social y espiritual; y le pareció que eran
admirables para tratarse del inicio. Sí, ese joven Sapiens le había dado a su crisis existencial una respuesta espiritual, transformando su lucha por sobrevivir en búsqueda de trascendencia y su empeño le prodigó la
Inspiración de lo Profundo. Y tradujo esa experiencia con mucho talento y lucidez creando mitos “plásticos”, mitos que generaron una espiritualidad. Y esa espiritualidad dio origen a una cultura (que algunos ignorantes del siglo XX llamaron “paleolítica”); y esa cultura, a su vez, dio identidad, unidad y continuidad a una vasta región (llamada “Europa” a partir del siglo XVI). Sin ninguna duda, los hombres de esa época y de esa región habían hecho su parte.

Después, Sapiens había continuado produciendo otros momentos “luminosos” aunque separados por largos períodos mas o menos oscuros, ya que sus avances se producían cuando él entraba en crisis mientras
cada vez que las cosas se acomodaban un poco, él volvía a distraerse. Entonces la sombra de la muerte volvía a invadir su corazón y la ilusión de los límites espacio-temporales aprisionaban una vez más su conciencia. Su Propósito ya no estaba ubicado en el centro y el vacío dejaba de ser un espacio de inspiración para convertirse en un espacio de sin-sentido. 

En el siglo XX, un erudito50 ilustró muy bien esta situación a través de un mito:

Se trata de la leyenda de Parseval y el Rey Pescador. Recordemos que una misteriosa enfermedad paralizaba al viejo Rey, quien poseía el secreto del Grial. Pero no sólo el Rey sufría, todo alrededor de él se
derrumbaba, se deshacía; el palacio, las murallas, los jardines; los animales no se reproducían más, los árboles no daban más frutos, los ríos se secaban. Numerosos médicos habían intentado curar al Rey Pescador sin obtener ningún resultado. Día y noche llegaban caballeros y todos se interesaban primeramente por la salud del Rey. Sólo un caballero –pobre, desconocido, incluso ridículo– se permitió ignorar el ceremonial de cortesía. Se trataba de Parseval que sin tener en cuenta los modales corteses avanzó hasta donde se encontraba el Rey y, sin ningún preámbulo, le preguntó: “¿Dónde está el Grial?”. En ese preciso instante todo se transformó: el Rey se levantó de su lecho de sufrimiento, los ríos y las fuentes comenzaron a fluir, la vegetación renació y el castillo se restauró de manera milagrosa. Unas pocas palabras de Parseval habían bastado para regenerar toda la Naturaleza. Pero esas pocas palabras constituían la pregunta central, el único problema que podía importar, no solamente al Rey Pescador, sino al Cosmos entero: ¿dónde se encontraba lo real por excelencia, lo sagrado, el Centro de la vida y la fuente de la inmortalidad? ¿Dónde estaba el Santo Grial? Nadie, antes de Parseval, había pensado en hacer esta pregunta central y el mundo perecía a causa de esta indiferencia metafísica y religiosa, a causa de esta falta de imaginación y la ausencia de deseo por lo real…
Este fragmento mítico parece mostrar que a menudo la muerte es el resultado de nuestra indiferencia frente a la inmortalidad. 

Por suerte, en los momentos verdaderamente críticos, siempre han existido seres un poco especiales que portaron el clamor de la especie hasta los espacios profundos, para volver de allí con los poderosos soplos
de la Bondad y de la Sabiduría, vaciando así el centro de las nubes de ilusión, reavivando la llama del Propósito.

A mediados del siglo XX, ese siglo de “conciencia desdichada”, surgió un "Mensajero de lo Profundo" para recordar las preguntas centrales: ¿Quién soy? y ¿Hacia dónde voy?52 e indicar el Camino que conducía a las respuestas. Con su mirada trascendente, este Mensajero le recordó al hombre que aún era joven, que su desarrollo no había terminado y que disponía de todo lo necesario para acceder a una forma de conciencia
superior y al espíritu inmortal, dependiendo de la vida que llevara. 

De este modo él albergó su enseñanza en la conciencia de algunos precursores, asegurándose que la experiencia seguiría viva e irradiaría a través de ellos. Su misión consistió en crear las condiciones para un nuevo salto de la especie, pues a pesar de muchos progresos internos y externos innegables, la estructura psicofísica del ser humano no había cambiado desde su aparición.

Sapiens mantenía la misma forma mental y seguía sin poder resolver su sufrimiento de fondo, ya que la inmortalidad no había sido aún adquirida e incorporada como experiencia del mismo modo que lo fue, en su
momento, la experiencia del fuego. Claro que desde el comienzo hubo individuos y grupos humanos que incursionaron en lo Profundo y tradujeron las “señales” de manera inspirada, con las formas culturales de sus épocas respectivas, pero nunca toda la especie había hecho la experiencia de modo concomitante. Sin embargo en un planeta ya mundializado, esa sintonía de conjunto, indispensable para el gran salto, podía finalmente producirse y, por consiguiente, podía producirse también la mutación tan esperada.

Y cuando el Mensajero constató además que los descubrimientos científicos comenzaban a demostrar todo lo que él había previsto en esos últimos 40 años –incluso la cuestión de la inmortalidad biológica, con la creación de la “vida sintética” –, concluyó que había suficientes indicadores para afirmar que un nuevo “horizonte espiritual” estaba emergiendo y que, por consiguiente, el nacimiento espiritual no iba a tardar. Entonces, hizo un brindis y abandonó este espacio-tiempo dirigiéndose hacia lo Profundo donde lo esperaban nuevas misiones. 

Luego Futuro iluminó con su mirada los últimos instantes de ese primer gran ciclo del proceso humano. En efecto, todo, absolutamente todo había cambiado cuando la inmortalidad dejó de ser una especulación, una esperanza, una sospecha, una creencia convirtiéndose en una certeza proveniente de la Experiencia. El ser humano pudo entonces, por fin, acometer una nueva etapa en la espiral de su evolución. Habiendo  resuelto el miedo a la muerte y el sin-sentido, su energía dejó de ser rehén del dolor y del sufrimiento, su fuerza dejó de desperdiciarse en fugas y compensaciones, su vida dejó de estar desestruresuelto el miedo a la muerte  y el sin-sentido, su energía dejó de ser rehén del dolor y del sufrimiento, su fuerza dejó de desperdiciarse en fugas y compensaciones, su vida dejó de estar desestructurada por las contradicciones y su mente dejó de estar cubierta por ilusiones. Así pudo, por fin, contar con suficiente energía para dedicarse a una “vida poética” y edificar una cultura basada en el Buen Conocimiento, el Sentido y la Coherencia. De ese modo, luego de haber producido el “fuego de la conciencia”, Sapiens logró finalmente producir el “fuego del espíritu inmortal” capaz de evolucionar sin límites más allá del cuerpo y del alma. Pero, ¿cómo podría lo mortal generar algo inmortal? Tal vez deberíamos preguntarnos sobre cómo es posible que lo inmortal genere la ilusión de la mortalidad! 

Futuro también recordó que habían llamado el inicio del nuevo ciclo “la era de la Bondad, de la Inspiración y de lo Imprevisible”. En cuanto a Sapiens, aunque él comenzaba a merecer un poco más su nombre, dejó de
llamarse así. De hecho, dejó simplemente de nombrarse puesto que ya no era el de antes, y su nuevo "sí mismo" era innombrable. cturada por las contradicciones y su mente dejó de estar cubierta por ilusiones. Así pudo, por fin, contar con suficiente energía para dedicarse a una “vida poética” y edificar una cultura basada en el Buen Conocimiento, el Sentido y la Coherencia. De ese modo, luego de haber producido el “fuego de la conciencia”, Sapiens logró finalmente producir el “fuego del espíritu inmortal” capaz de evolucionar sin límites más allá del cuerpo y del alma. Pero, ¿cómo podría lo mortal generar algo inmortal? Tal vez deberíamos preguntarnos sobre cómo es posible que lo inmortal genere la ilusión de la mortalidad!

Futuro también recordó que habían llamado el inicio del nuevo ciclo “la era de la Bondad, de la Inspiración y de lo Imprevisible”. En cuanto a Sapiens, aunque él comenzaba a merecer un poco más su nombre, dejó de
llamarse así. De hecho, dejó simplemente de nombrarse puesto que ya no era el de antes, y su nuevo "sí mismo" era innombrable.

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50 Mircea ELIADE (1907-1986), historiador de las religiones, mitólogo y novelista.
51 Mircea ÉLIADE, Images et Symboles, pág. 70-72.
52 SILO, El Mensaje de Silo, pág. 146.
53 En mayo 2010, Craig Venter (biólogo americano) y su equipo anuncian la creación de la “vida
artificial”, la primera célula sintética (derivada enteramente de un cromosoma sintético).
http://darwinius.blogspot.com/2010/05/conferencia-de-prensa-craig-venter.html
Entrevista (en francés) sobre la vida artificial con Joël de Rosnay, el autor de Et L’Homme créa la
vie, Éditions Les liens qui libèrent, Paris, 2010.
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5 may 2013

Espiritualidad en Silvio


"Cuando me muera, si es que me muero
no ire con Dios, ni con Satán.
Me ire conmigo a buscar mas cosas a otro lugar,
pues tanto el cielo como el infierno me sientan mal".
Cuando me muera (Silvio, Canciones del Mar, p. 216)
Hablar sobre la espiritualidad en Silvio suena al principio un tanto contradictorio. Esto debido a que tradicionalmente no distinguimos entre la espiritualidad y la religiosidad. Sin embargo una persona puede ser muy espiritual sin tener nada de religioso. Más aún se pueder ser ateo y por otro lado vivir de forma muy espiritual. Nos parece que este es el caso de Silvio.
Definitivamente Silvio no es una persona religiosa en el sentido tradicional de la palabra. Su perspectiva crítica lo lleva a adoptar posiciones radicales en torno a la experiencia religiosa. Por ejemplo, que las religiones son la “burocracia de la espiritualidad” y por lo tanto son instrumentos que no permiten el desarrollo pleno del individuo. (Periódico de Granada) En una entrevista que le hicieran recientemente Silvio resume su visión espiritual de la siguiente manera:
"Yo no soy muy religioso en el sentido mas ortodoxo. Lo que si creo es que no carezco de espiritualidad, nunca carecí de esa necesidad de acercarme a los demás, de tratar de entender a los demás, de amar las cosas, la vida de la gente, incluso las contradictorias. Siempre he pensado que no es importante creer o no en Dios, sino que exista un dios que crea en uno. Pienso que si dios existe y es inteligente, a él le importa un pito que uno crea o no en él, lo importante es que él crea en los seres humanos y en definitiva eso es lo esencial."(Zapata, p.37-38)
En esta cita podemos ver que la espiritualidad de Silvio es una que se expresa en la relación que se tiene con las otras personas y su base principal es el amor a los demás. Como el mismo nos dice: “Con un poco de amor sobrevivo, sobrevivo pecado, castigo Con un poco de amor, yo me salvo.”
Para Silvio la verdadera espiritualidad está enmarcada en un profundo sentimiento de amor a los demás y a todo lo que existe. Es el amor el ingrediente básico de la música de Silvio y también de su vida. Como el mismo lo ha expresado: “Me enamoro casi a cada instante , de todo: de los objetos, de las ideas, de las acciones, de las personas, de los conceptos. Lo que me cuesta trabajo es odiar” (Sanz, p. 23). En ese sentido Silvio comparte la visión del Che Guevarra al destacar que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Revolución, espiritualidad y amor en Silvio son dimensiones que se complementan y se confunden en una sola.

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3 may 2013

Conocimiento: Ceremonia de Compromiso Etico


Lector:

Estamos en un mundo en el que muchos están dispuestos todavía a vender su conocimiento y su saber para cualquier finalidad. Esto ha llevado a cubrir nuestro planeta con máquinas de muerte. Otros han utilizado el propio ingenio para inventar medios con el fin de manipular, acallar y adormecer la conciencia de la gente.
Pero también están, en distintas latitudes, los hombres y mujeres que utilizan la Ciencia y el Conocimiento para superar la miseria, el hambre, el dolor y el sufrimiento, para dar voz y confianza a los oprimidos.
Hoy, en los comienzos del tercer milenio, la supervivencia de la Humanidad está amenazada y sobre nuestra Tierra se cierne una pesadilla de violencia, guerra y hecatombe nuclear.

Por ello, expresamos hoy nuestro compromiso de utilizar los conocimientos sólo para el bienestar y el desarrollo del ser humano.

Asistentes:

Elijo y me comprometo
a impulsar el desarrollo del conocimiento
por encima de lo aceptado como verdad absoluta.
Me comprometo a aplicar este conocimiento
sólo para el bienestar del ser humano,
para la superación del dolor y del sufrimiento.

Lector:

El buen conocimiento lleva a la justicia.
El buen conocimiento lleva a la reconciliación.
El buen conocimiento lleva, también, a descifrar lo sagrado en la profundidad de la conciencia.
Hacemos un llamamiento desde aquí a todas las universidades, сolegios, institutos de investigación, organizaciones sociales y culturales, para que se instituya este compromiso ético, a fin de lograr que el conocimiento se utilice sólo para vencer el dolor y el sufrimiento, para humanizar la Tierra.

¡Para todos Paz, Fuerza y Alegría