El contacto con nuestro campo energético. Hablar de campo energético es bastante común, lo leemos por todas partes referido al cosmos y a la naturaleza. Pero nos resulta más difícil identificar ese campo en nosotros mismos. Tal vez lo sabemos teóricamente pero no tenemos la experiencia habitual de sabernos campos energéticos. Hemos visto las imágenes de los santos o los grandes despiertos que son representados con una aureola de luz alrededor de su cabeza. Esas imágenes aluden a la energía que en algunas ocasiones se manifiesta más externamente. También es posible que en algunas situaciones de peligro o de grandes emociones uno haya experimentado “la piel de gallina” o los “pelos erizados”. Ese fenómeno responde a la energía del cuerpo que, al tocar un punto sensible del espacio de representación o pantalla mental, se exterioriza produciendo escalofríos.
Pero en la vida cotidiana cuando uno se mira en el espejo, ve una imagen plana, sin profundidad. Las experiencias en las que uno se sintió muy energético, tienen que ver con el sexo, el enamoramiento o situaciones de peligro. Motivo por el cual están tan de moda los deportes extremos, pues ahí se logra un contacto directo con el campo en donde no puedes distraerte (Atención) porque pondrías en riesgo tu vida. También en situaciones inesperadas como accidentes, o situaciones de violencia, como por ejemplo un asalto, coloca a la conciencia en situación de shock y por lo tanto de silencio absoluto al tiempo que, por la amenaza a la vida, se manifiesta y se registra el propio campo. Tomar contacto con ese campo energético es posible, pero requiere una cierta dedicación y permanencia en el tiempo. Existe una forma bastante simple y fácil de tomar contacto con el campo a través de una imagen y de la propia respiración.
En este trabajo al igual que en la relajación interviene la atención dirigida a las sensaciones del cuerpo, y en particular a las sensaciones del intracuerpo. Allí en el interior de nuestros órganos hay mucha energía acumulada que ni siquiera sabemos que existe. Cuando la energía se ausenta o se concentra en algún órgano del cuerpo generalmente ese órgano se enferma, razón por la cual lograr la circulación de la energía intra corpórea es por demás saludable y energizante. La clave del contacto con este campo energético es la relajación completa (cuerpo, intra cuerpo y mente) y la respiración sostenida e intensa, con la atención puesta en las sensaciones corporales que produce ese ritmo respiratorio.
Nuevamente vamos a ubicarnos en un lugar tranquilo, sentado y sin apoyarse en el respaldo. Esta posición de equilibrio inestable permite no dormirse. Si ya has realizado la relajación del cuerpo, el intracuerpo y la mente, habrás advertido que al inicio del trabajo es difícil mantener la atención en el ejercicio, ya que aparecen en la pantalla diferentes imágenes de la vida cotidiana o de los conflictos o actividades pendientes. Es normal y la actitud aquí es regresar al trabajo sin subirse a esos trenes de imágenes que aparecen. De una manera indirecta estos son ejercicios atencionales. El tema de la atención lo desarrollaremos más adelante con detenimiento ya que constituye uno de los pilares del trabajo sobre uno mismo. Antes tomar contacto con tu campo energético es recomendable realizar un relax completo. Los asteriscos indican una breve pausa para realizar lo propuesto.
Experiencia:
*Haz una pausa en cada asterisco
Imagina una esfera trasparente y luminosa que se emplaza en lo alto de tu espacio, en lo alto del cielo. * Esa esfera trasparente y luminosa comienza a descender, siendo observada por mí y creada por mí. Proviene de ese espacio alto cargado de energía. *
Desciende, va descendiendo lentamente hasta ubicarse al frente de mis ojos a cierta distancia, * Ahora que ubicamos nuestra esfera frente a nosotros, la acercamos hasta permitirle penetrar en nuestro cuerpo físico, sensaciones energéticas, y allí se va fundir esa forma mental con mi forma física. La ubico en el centro de mi cabeza. *
Una vez ubicada en el centro, la vamos a hacer descender y al mismo tiempo vamos sintiendo como pasa desde la cabeza por el interior de nuestra garganta. * Ahora vamos sintiendo como entra, en esa zona amplia del pecho y como se va desplazando, relajando todo a su paso, hasta ubicarse en el centro mismo del pecho. * Ahora la sentimos más que verla. * Mantenemos su presencia en el interior de nuestro pecho y en un momento esa esfera mental por si sola comenzará a expandirse, al igual que la sensación que produce en nuestro cuerpo. *
Solo estamos atentos a la presencia de la esfera y a la natural expansión y contracción de nuestra respiración. *Dejamos que se expanda hasta los límites de nuestro cuerpo. Continuamos atentos. * La mantenemos unos segundos en los límites del cuerpo y comenzamos la contracción hacia el centro del pecho. Es una contracción que arrastra todas las tensiones existentes y que nos permite energetizar esa región central. Y desde allí como flotando comienza a ascender desde el pecho pasando por la garganta y hacia la cabeza. Una vez ubicada en la cabeza sale de ella por nuestros ojos hacia el lugar de donde vino. Nos tomamos unos segundos para que ella ascienda hasta perderse en lo infinito. A veces la respiración se hace amplia, y aparecen emociones positivas emociones agradables e inspiradoras. Otras veces aparecen recuerdos muy nítidos. Pero tú te apoyas en la sensación de paz creciente que te queda.
fuente: El conocimiento de si mismo, de Graciela Romero Udabe
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