La primera dificultad es que no es verdad que busco sentido en mi vida, la mayor parte del tiempo experimento que mi vida sí tiene sentido. Es muy difícil buscar algo que se cree que ya se tiene. Sin embargo en esta época de cambio veloz, los acontecimientos golpean nuestras creencias y eso provoca sufrimientos tan grandes, que terminamos por reconocer que estamos totalmente perdidos y nuestra vida no tiene ningún sentido. Estos baldes de agua fría que la vida nos arroja una y otra vez, es la experiencia que llamamos de fracaso. Tenemos confundido el sentido de la vida con nuestros ensueños y deseos. Cuando esos ensueños fracasan, despertamos de la ilusión y nos damos cuenta que estamos perdidos y sin un sentido verdadero. El fracaso permite a la conciencia liberarse por un momento de la prisión de los ensueños. Esta experiencia de fracaso es muy importante y es muy difícil de asumir. La experiencia de fracaso la vivimos todos, pero sólo algunos la reconocen y muchos la ocultan o la niegan. Cuando ocultamos o negamos nuestros fracasos caemos en el resentimiento, la depresión o el pánico. El reconocimiento del fracaso nos despierta de la ilusión que tiene prisionera a la conciencia, y nos deja en libertad de iniciar una búsqueda nueva. Por esto decimos que esta búsqueda y esta enseñanza es “para los que llevan el fracaso en su corazón”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario