5 sept 2018

Silo sobre la irrupción de lo trascendente en la historia

2000 Notas de una charla con Silo. (Extracto)

Esta charla se desarrolló en Buenos Aires en un café de la calle Corrientes. Estuvimos Isaías Nóbel, Roberto Kohanoff y Enrique Nassar. 2 enero del 2000

P: Siguiendo con lo dicho de que las teorías, que describen los fenómenos tal cual son, crean un campo de creencias que equilibra la no-coincidencia de la percepción cotidiana de los fenómenos con la realidad de dichos fenómenos, la pregunta ahora es: ¿Respecto a la muerte, en donde lo que se percibe es la disolución y la desaparición existencial de quien fallece, habría una teoría que ampliara el campo de creencia y permitiera un emplazamiento mental más adecuado respecto al hecho de la muerte?

M: La ilusión de la percepción de la muerte no se resuelve con teorías, se resuelve con experiencias. La experiencia de la muerte nos pone en el campo religioso, en el campo de la experiencia trascendental. En el origen de las religiones se encuentra siempre la experiencia trascendental, esta experiencia produce en el momento de su irrupción histórica un impacto tan fuerte, que a pesar que luego la experiencia se diluya y se pierda, la inercia que deja es de tal magnitud que las generaciones que la suceden crean rituales, iglesias, organizaciones jerárquicas que se mantienen por cientos y miles de años posteriores al impacto original. Este impacto original es tan fuerte que después de desaparecer aguanta todo eso que surge y que no tiene nada que ver con la experiencia original.
Primero la experiencia original se tiene, luego algunas generaciones alcanzan a rasguñar algo de ello y después se alejan y se va formando toda esa superestructura de ritos, iglesias, jerarquías, etc.
La experiencia trascendental pega en momento histórico y pasa, afecta profundamente a la gente que es contemporánea a esa irrupción trascendental. Esta irrupción debe ser compatible con el momento histórico; hay momentos históricos que no permiten el surgimiento de estos fenómenos. Hasta que se abre el medio, estas experiencias surgen.

Cuando estas irrupciones se acercan empieza a variar el medio histórico y se producen fenómenos extraordinarios en el siquismo colectivo, enormemente perturbadores; desde esta perspectiva entendemos las leyendas de ciclones, aerolitos, cometas que preceden a estos fenómenos. Las alegorías de cada época presentan de un modo plástico los cambios dramáticos de la conciencia colectiva. Lo trascendental necesita de condiciones sicosociales para que implete en la historia humana; esta irrupción afectará el tiempo particular de cada persona.
Esta es una época de grandes perturbaciones, esta es una época pre-religiosa

P: ¿Cuáles son las condiciones históricas que deben darse para que la irrupción de lo trascendental se produzca?

M: Se pueden precisar condiciones como:
* Que la cultura donde vaya a surgir el fenómeno, esté pasando por un proceso de desestructuración acelerada.
* Que esos fenómenos den origen a una nueva civilización.
No surge una nueva civilización sin esos fenómenos

P: ¿Podrías explicar a qué te refieres cuando hablas de la irrupción del fenómeno trascendental en la historia?

M: Para referirnos al tema de lo que se conoce como experiencia trascendental, vamos a recurrir a algunos ejemplos históricos de ciertos tipos de experiencia que sin ser trascendentales pueden parecerse por sus características a las experiencias trascendentales que impactan a unos, afectan a los que le suceden y después crean inercia suficiente como para continuar con algo que se perpetúa a través del tiempo; veamos algunos casos:

En la historia hindú en algún momento aparece entre sus deidades el dios soma y rápidamente va ganando en importancia, de manera que el resto de los dioses van disminuyendo su influencia hasta quedar convertidos en dioses menores y el dios soma se convierte en la divinidad máxima del Panteón de dioses. Lo que explica el ascenso de este dios y su ubicación en el lugar central es que del dios soma la gente podía tener experiencia; no solo se hablaba del dios sino que se podía entrar en contacto con él, al dios soma se le podía sentir.

Este contacto era posible gracias a que los sacerdotes, quienes estaban en contacto con el dios soma, podían habilitar a la gente el contacto con este dios. Los sacerdotes, le contaban a la gente lo que era estar con el dios y además los habilitaban para que tomaran contacto con el dios soma. Para esto, los sacerdotes realizaban ciertos rituales donde la gente iba con cuencos en los que los sacerdotes orinaban y los asistentes tomaban la orina del “hombre santo” y al poco tiempo experimentaban la presencia del dios soma. Todo lo anterior se explica porque el soma era una bebida con poder alucinógeno que ingerían los sacerdotes (gracias a ello tenían la experiencia), y los principios sicoactivos de esta sustancia pasaban a la orina sin ser metabolizados; debido a esto los asistentes a la ceremonia del soma, al beber la orina del sacerdote, también tenían la experiencia.
La casta sacerdotal tenía, gracias a la bebida del soma, acceso a una experiencia alucinógena. Esta bebida por sus propiedades químicas conserva su poder sicoactivo en la orina, lo que permite a quienes la tomen tener acceso a una experiencia impactante.

La experiencia del dios soma la administraban los sacerdotes (lo que les facilito crear una casta sacerdotal poderosa); después con el transcurrir del tiempo esas experiencias no se tuvieron más y solo se hablaba de ellas, se cuenta lo que fue la experiencia de tomar contacto con el dios soma.

Primero es experiencia, luego cuando deja de ser experiencia su recuerdo es lo suficientemente intenso como para crear un hito generador de toda la superestructura que se va a formar y va a ir en el tiempo mucho más allá del momento de su manifestación original.

Casos similares de activación de fuertes experiencias, producidas a partir del consumo de substancias, se produjeron alrededor del culto a Dionisos. Sin el apoyo de las experiencias producidas, por las sustancias en juego, estas formas no hubieran ido más allá de su momento.

En todos estos casos se producían fuertes experiencias sicológicas que se acercaban a lo que se podía presentar en una experiencia trascendental. Estas experiencias les permitía intuir lo que podría ser la acción de un dios; les permitía intuir acerca de la realidad (distinta a la cotidiana) de la que se les estaba hablando. Al practicante le quedaba claro que esos mundos y dioses de que les hablaban eran posibles, que no eran sólo discurso. Antes de tener la experiencia la aceptación de todo eso no existía.
P: En los ejemplos específicos y particulares que has dado, las personas comunes tenían acceso a esas experiencias impactantes gracias a la ingestión de alguna sustancia sicoactiva ¿Es posible tener acceso a este tipo de experiencias sicológicas impactantes, que disponen a aceptar la existencia de otras realidades, sin acudir a ningún tipo de sustancia sicoactiva?

M: Sí es posible, recuerda históricamente cosas como: “yo te voy a enseñar a orar y tu harás lo que yo te diga si quieres tener acceso a ese tipo de experiencia.”
Sería algo como decir: “yo, por el poder de la palabra te voy a enseñar a liberar endorfinas y tú vas a hacer lo que yo te diga si quieres tener acceso a este tipo de experiencia. Podrás discutir o no, pero si quiere tener la experiencia harás lo que te diga sin ninguna discusión.”
Con formas así, sin el uso de sustancias químicas, tendrás acceso a ciertos registros de tipo sicológico, que te pondrán en resonancia con otro tipo de experiencias distintas a las experiencias cotidianas. Es este tipo de experiencias en un momento histórico, lo que crea un gran impacto en la población.
Hay diferentes formas de poner al cretinaje en resonancia mínima.

P: Estas experiencias sin substancias y de alto impacto sicológico ¿Son experiencias trascendentales?

M: No, estas experiencias no son trascendentales, pero sí te permiten darte cuenta que hay otras realidades. Estas experiencias te impactan, te impactan existencialmente, te impactan en tu vida, te crean un despelote. Todas estas experiencias son corporales, te liberan endorfinas: la oración tiene que ver con el cuerpo, las experiencias sicológicas impactantes tienen que ver con el cuerpo.
P: Todo esto que está ocurriendo: enrarecimiento, superchería, magia, etc. y todo este estado pre-religioso en desarrollo, ¿esto solo basta para que haya un cambio?

M: No porque aquí no hay conciencia dirigida, la conciencia está en pasivo, está sufriendo estas perturbaciones, no las está dirigiendo. Lo importante aquí es una dirección que le sirva a todos; aquí hay que dar un mensaje, aquí hay que hacer un aporte.

Paralelamente, a todo el enrarecimiento, se está cayendo y destruyendo la vida de la gente: problemas económicos, sociales. Esta destrucción tiene muy diversas expresiones, desde la guerra en Chechenia hasta el que se suicida lanzándose desde un quinto piso. No solo están ocurriendo perturbaciones sicológicas, es algo mucho más grave. Acá hay que hacer un aporte.

P: Entonces, ¿Las experiencias de las que hablabas son suficientes?

M: Estas experiencias solas no son suficientes. Estas experiencias tienen la gran virtud que hacen sensible a las personas hacia un relato trascendental. Tiene que haber un relato trascendental. Solo el relato, sin las experiencias que disponen a la gente a escuchar el relato y permitir que direcciones sus vidas, no será suficiente. Estas experiencias permiten advertir que hay otras cosas, por esto son experiencias muy importantes. Experiencias acompañadas de un relato, que tiene que ver con lo trascendental.

P: ¿Este relato queda como un mito fundacional?

M: No, este relato es la realidad, queda como una realidad. Siempre el que presenta el relato aparece como dios, o el enviado de dios, o el hijo de dios; o el profeta de dios, es decir, como alguien que sabe cómo es, como alguien del gremio. El relato cuenta una cosa que da dirección, que acerca a lo trascendental.

A medida que se acerca el tiempo histórico (no el tiempo mítico) de la impletación con lo trascendental aparecen milagros, prodigios, rarezas; después de que ocurre y el fenómeno se aleja en el tiempo estas cosas ya no ocurren. Los milagros, prodigios y demás cosas que se describen que acompañaron a los tiempos históricos próximos a una irrupción de este tipo, son hechos reales, verdaderamente ocurrieron.
Necesitamos: un mundo desestructurado, que se produzcan estas experiencias y un relato. Se dirá lo que se tiene que decir, en un momento histórico preciso, no antes, ni después.

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