Tomado de: Carta de Silo a David. Enero de 2008
"¿Es posible el cambio profundo y esencial en el ser humano? Sí, así lo creo, pero distingo entre ese cambio innegable, pero lento, que arrancó en los primeros homínidas y la posibilidad de cambio esencial no debido a una simple mecánica evolutiva, ni tampoco a accidentes "naturales", sino debida a una dirección, a una intención de la conciencia humana sobre sí misma.
El punto está en que los cambios periféricos están haciendo creer a mucha gente, que esos son los cambios a los que se debe aspirar. Se debe ir más allá de la Ciencia y la Justicia para entender ese cambio. En efecto, como lo hemos destacado en varias ocasiones, quienes trabajan por el avance de la Ciencia y la Justicia, hacen el mejor esfuerzo para facilitar la superación del dolor y el sufrimiento facilitando las condiciones del cambio. Pero es claro que hasta la Justicia y la Ciencia se van torciendo en una parábola apresurada en la que la búsqueda del cambio se está orientando objetalmente, desconociendo lo más importante del cambio esencial. Este olvido de sí, este desconocimiento de superación de la mecánica mental, nos lleva a cuestionar las posibilidades de cambio...
Y aquí llegamos al punto de esa inquietante pero saludable noche, en la que pudimos expresar: No es posible el cambio esencial sin una dirección clara en ese sentido. Y la época está cerrando el horizonte de esa dirección mental.
Quienes han seguido nuestra trayectoria de varios años han comprobado que nuestros trabajos se han orientado en dirección al "cambio simultáneo" y en el Humanismo esto cobró gran potencia. Sin embargo, el esfuerzo hacia el cambio de las condiciones mentales ha sido a veces débil y a veces intermitente. Pongo los argumentos de un modo un tanto brutal: Todo lo hecho hasta este momento
tiene gran sentido pero no bastará hasta que la gente (aun la más amable y bondadosa) se decida por Convertir su vida advirtiendo la necesidad de un cambio mental profundo. Es de eso, de lo que habla nuestro trabajo en su última fase; es de eso de lo que habla el Mensaje.
Creo que si en esta situación actual en la que está viviendo la Humanidad (y por supuesto nosotros mismos), no se trabaja superando toda censura y autocensura lanzándonos en los significados y los trabajos del Mensaje no será posible el cambio esencial. La dirección debe ir hacia Lo Profundo de la conciencia para conectar con los significados que han estado empujando lentamente la evolución del ser humano. Ahora es urgente y ya no tenemos cómo hacer conocer este impulso.
Cuando en esa cena hablamos de las dificultades a las que se enfrenta la mente humana, un descorazonamiento corrió como viento helado entre los concurrentes. Quedó la sensación que así como estamos sumergidos en nuestra humanidad, no penetramos en lo Profundo y si eso ocurre no es posible el Cambio. Esa fue la parte más triste del discurso a la que se contestó con un cierto estoicismo: "... ¡No es muy esperanzador lo que dices!".
Sin embargo, más allá de la anécdota, creo que contamos con alguna conexión interna que se puede comunicar y esto es posible porque en todos nosotros está esa fuente insondable de Lo Profundo de la que tenemos que beber sus aguas. Mi querido David, creo que muchos captaron la gravedad del momento actual y tu carta es un reflejo de aquello que pasó y no se ha detenido."
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