Manifiesto de la Guerrilla por el acceso abierto
Del 22 al 26 de octubre se celebra la Semana del Acceso Abierto, buen
momento para compartir la grabación del “Manifiesto de la Guerrilla por
el Acceso Abierto” de Aaron Swartz. ¡Baja y difunde por tu radio!
Créditos del audio: edición y montaje Byron Garzón, músicas de Jamendo.es: Egalite fraternite choucroute de Kanchi, Opus Miseriae de Conspiracy y Feel de ParadoxicIll.
Aaron Swartz: tenía 26 años cuando murió. Activista del acceso a
la información y la creación de políticas públicas coherentes con la
sociedad de la información y el internet, co-fundador de Reddit, uno de
los desarrolladores del RSS y además, una
mente brillante de nuestra generación. Él escribió el Manifiesto de la
Guerilla Open Access y dio su vida por defender sus ideas. Conoce más sobre la vida impresionante vida de Aaron en este documental.
Manifiesto de la Guerrilla por el Acceso Abierto
La información es poder. Pero como todo poder, hay quienes quieren
quedarse con él. Todo el patrimonio cultural y científico del mundo,
publicado durante siglos en libros y diarios, continúa siendo
digitalizado y guardado por un puñado de corporaciones privadas.
¿Quieres leer publicaciones acerca de los más famosos resultados de la
ciencia? Necesitarás enviar grandes cantidades a editoriales como Reed
Elsevier.
Existen personas luchando para
cambiar esto. El Movimiento para el Acceso Abierto ha luchado
valientemente para asegurar que los científicos no firmen derechos de
autor y en cambio se aseguren que su trabajo sea publicado en Internet,
bajo términos que permitan que cualquier persona tenga acceso a este.
Pero incluso en el mejor de los casos, su lucha solamente aplicará para
cosas que se publiquen en el futuro. El resto, lo publicado hasta ahora,
se habrá perdido.
Este es un precio demasiado alto para pagar. ¿Obligar a que
académicos paguen dinero para leer el trabajo de sus colegas?
¿Digitalizar bibliotecas enteras pero solo permitir que la gente en
Google las pueda leer? ¿Proveer artículos científicos a aquellos en las
élites universitarias del primer mundo, pero no a niños en el sur del
planeta? Es indignante e inaceptable.
“Estoy de acuerdo”, muchos dicen, “pero ¿qué podemos hacer? Las
compañías mantienen los derechos de autor, ganan enormes cantidades de
dinero al cobrar por el acceso, y todo es perfectamente legal. No hay
nada que podamos hacer para detenerlas”. Pero sí hay algo que podemos
hacer, algo que ya se está haciendo: podemos contraatacar.
Quienes tienen acceso a estos recursos —estudiantes, bibliotecarios,
científicos— han recibido un privilegio. Pueden alimentarse de este
banquete de conocimiento mientras el resto del mundo es excluido. Pero
ustedes no necesitan —de hecho, moralmente, no pueden— mantener este
privilegio solamente para ustedes. Tienen el deber de compartirlo con el
mundo. Y tienen que compartir claves con sus colegas y llenar
solicitudes de descargas para sus amigos.
Mientras tanto, aquellos que han sido excluidos no esperan sin hacer
nada. Han estado fisgoneando a través de agujeros y trepando cercas,
liberando información guardada por las editoriales y compartiéndola con
sus amigos.
Pero todas estas acciones se
quedan en la oscuridad, escondidas en el sótano. Se las llama robo o
piratería, como si compartir la riqueza del conocimiento fuese el
equivalente moral a saquear un barco y asesinar a su tripulación.
Compartir no es inmoral: es un imperativo moral. Solo quienes están
cegados por la ambición podrían rehusarse a dejar que un amigo obtenga
una copia.
Las grandes corporaciones, por supuesto, están cegadas por la
ambición. Las leyes bajo las cuales operan lo requieren. Sus accionistas
se sublevarían si fuese menos que esto. Y los políticos que han
comprado las respaldan, aprobando leyes que les conceden el poder
exclusivo para decidir quiénes pueden hacer copias.
No hay justicia al cumplir leyes injustas. Es hora de salir a la luz
y, siguiendo la tradición de la desobediencia civil, oponernos a este
robo privado de la cultura pública.
Necesitamos tomar la información, donde quiera que esté almacenada,
hacer copias y compartirlas con el mundo. Necesitamos tomar cosas que ya
no tienen derechos de autor y agregarlas al archivo. Necesitamos
comprar bases de datos secretas y publicarlas en la web. Necesitamos
descargar publicaciones científicas y subirlas a redes de intercambio de
archivos. Necesitamos combatir en la Guerrilla del Acceso Abierto.
Con suficientes de nosotros, alrededor del mundo, no solo enviaremos
un mensaje firme en contra de la privatización del conocimiento.
Haremos que sea una cosa del pasado.
¿Te unirás a nosotros?
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